Los perros entraban por las noches al residencial donde vive Paola Cosenza, a sacar basura en busca de comida.
Los vecinos, molestos, comenzaron a buscar opciones para evitar que los animales callejeros entraran a causar desorden. “Llamemos a una asociación para que se los lleven”, decían. Pero no es tan sencillo.
Muchas asociaciones de rescate de animales callejeros no cuentan con refugios y quienes entregan al animal, deben hacerse responsables de los gastos, alimentación y demás.
Los alrededores de la aldea Lo De Diéguez, Fraijanes, son lugares llenos de animales callejeros. La mayoría deambula desde Pavón o de la misma aldea.
Fue ahí cuando Cosenza pensó en una solución al problema. “Fue ahí cuando se me ocurrió lo de los comederos y bebederos para minimizar el problema porque iban a encontrar comida afuera”, comentó.
Al día siguiente, con apoyo de una vecina, Cosenza no pudo esperar más y colocó dos comederos en distintos sectores.
Se instaló el primero cerca de un rastro próximo al Colegio SEK. El otro fue colocado frente al Cementerio Los Olivos. En ambos lugares, hay policías y personas que pueden vigilar que nadie dañe o robe los utensilios.
“Fue iniciativa propia. Se lo comenté a mi esposo y como siempre me apoya en mis locuras, me dijo que podía ayudarme a colocarlos el fin de semana, pero no pude esperar más”, agregó.
La pareja fabricó los comederos con tubos de PVC, un material fácil de conseguir y económico. Luego del proceso de construcción, de unir las piezas y decorarlos, determinar la ubicación para colocarlos era vital.
“Buscamos lugares de fácil acceso, con facilidades para parquear y concurridos, por la violencia. No es solo de dejarlos por ahí, sino ver que no los destruyan”, agregó Paola.
Desde que se acercó al punto de instalación, ya había muchos perritos esperando con hambre la comida y el agua.
Cosenza compartió el proyecto en grupos de Facebook, para motivar a vecinos de otros lugares que repliquen la idea y se unan en apoyo al proyecto, llenando los comederos con concentrado y cambiando el agua.
“Debemos animar a las personas de otros lugares de la ciudad a replicar el proyecto en sus comunidades. Lo más importante es buscar ubicaciones seguras y accesibles”, refirió.
Inmediatamente, muchos usuarios compartieron sus fotografías y experiencias llenando los comederos y solicitando más ayuda. Todo, sin conocer a Cosenza, movidos por un mismo objetivo.
“Lamentablemente, nuestra municipalidad no piensa en apoyar este tema y nos queda a nosotros tomar la iniciativa de ayudar a los animales de la calle”, señaló.
Cosenza también maneja un proyecto de castración de perros y gatos que viven en tortillerías y talleres. Sin embargo, la situación económica ha cambiado para ella y ahora con un grupo de vecinos logran recaudar lo necesario para continuar.
Por el momento, se planea instalar otros dos comederos en lugares donde transiten muchos perros de la calle. Mientras tanto, puedes colaborar buscando los puntos y llenando con concentrado y agua los recipientes.
¡Repliquemos este proyecto en nuestras comunidades!
Fotos: Elena Gaytán, Paola Cosenza.