El ciclismo es su pasión. Alfredo Ajpacajá, originario de la aldea Barraneché, Totonicapán nació para ser campeón. Tiene 13 años de carrera deportiva.
Un triciclo fue el primer contacto que tuvo nuestro protagonista con el ciclismo, sin imaginarse que años más adelante su vida cambiaría. Hoy, a los 28 años, Alfredo demuestra que los guatemaltecos pedalean bien. “Estoy muy agradecido con mis patrocinadores, compañeros y familia. Gracias a ellos, ahora estamos disfrutando de este gran logro y sueño”, cuenta.
Un título que llena de alegría su corazón. Cada pedaleo es muestra del esfuerzo y pasión. Ajpacajá es otro guatemalteco que puede decir que ¡los sueños sí se cumplen! “Es mi primer título de la Vuelta a Guatemala. Estoy muy contento, es mi propósito personal. Me gusta ver que las personas quieran disfrutar este triunfo conmigo, porque también es de Guatemala”.
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Como todo campeón, los obstáculos se presentan en cada carrera. “Cada etapa es muy diferente, los rivales son parte fundamental de las carreras. Lo más difícil fue ver la caída de mi hermano en la segunda etapa, observar cómo en cada una su sacrificio se desvanecía en segundos, me afectó bastante”, relata Ajpacajá.
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A pesar de ello, el campeón demostró que los hermanos Ajpacajá tienen mucho para dar. “Todo el sacrificio de mi hermano fue mi inspiración para seguir adelante, él me motivó a esforzarme, ya que este título era el sueño de toda mi familia”.
Confiar en Dios primero. Alfredo Ajpacajá
El objetivo se encontraba cada mañana en los entrenos. El deportista y su hermano sabían que merecían el título. Cada gota de sudor valió la pena. “El objetivo lo perseguíamos desde principio de año, nos concentramos para buscar esta alegría juntos. Todo esto se lo dedico a mi gente, familia y patrocinadores”, menciona Alfredo con humildad.
Alfredo como todo un campeón quiere más. Defender el título ya está en sus planes, incluso buscar una medalla olímpica. “Tengo muchos sueños por cumplir, uno de ellos es conseguir más títulos de la Vuelta a Guatemala, esto no se queda aquí, quiero seguir defendiendo mi nombre y título. También quiero buscar la clasificación de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, ya que ser un corredor olímpico, es una de mis grandes metas”. “Espero tener las fuerzas suficientes y que Dios guíe mi camino para ganar una presea para el país”.
Alfredo, después de vivir su sueño, regresa a su tierra natal junto a su esposa e hijo. Deja por un momento a su fiel compañera, una bicicleta Focus y retoma la tareas de un padre de familia. Envía un mensaje a la juventud: “Le digo a los jóvenes que luchen por sus sueños, todos tenemos metas, anhelos, no importa si son grandes o pequeñas, la cuestión está en trabajar para alcanzarlo. Confíen en Dios, porque en la vida siempre tenemos fracasos, pero cuando uno va de la mano de él todo es posible”.
La bicicleta, el pedal y un casco es el pan diario de este joven atleta, lo que demuestra que cada pedalazo es la puerta al triunfo. ¿Cuál es tu sueño?