Jorge Berduo es un hombre que se pone metas. Desde muy joven le encantaba ejercitarse, practicaba natación, básquetbol y jugaba en la selección de fútbol del colegio.
Pero, a los 21 años, se accidentó en su moto y fracturó el pie izquierdo, el que casi pierde. Estuvo un mes internado en el hospital de La Antigua.
Jorge pasó un año en cama con un clavo que atravesaba su pie, luego comenzó su recuperación para volver a caminar.
A raíz de ese accidente, subió de peso, porque no practicaba ejercicios y por excederse con las comidas.
Cuando regresó para ejercitarse se le complicó por su sobrepeso. Cuando intentó recuperar su ritmo, se lastimó un ligamento, por lo cual debía cuidarse más.
Esto le impidió a Jorge hacer ejercicio durante 8 años.
Pero algo cambió en la vida de Jorge, desde que se enteró que algunos de sus amigos murieron por la vida sedentaria. Él se preocupó y tomó una decisión.
Se inscribió en el gimnasio, pues ya pesaba 250 libras.
Una amiga de su mamá le contó sobre una carrera, le recomendó que corriera, él accedió y se dio cuenta que los 5 kilómetros recorridos le costaron doble esfuerzo.
Jorge se dio cuenta que su vida dio un giro, luego deseaba estar en todas las carreras que se organizaban.
Corrió desde 5 hasta 21 kilómetros
Hace aproximadamente un año y medio, un amigo le contó sobre una carrera llamada Ironman que se lleva a cabo en Río de Janeiro, Brasil. Jorge se emocionó y decidió que esa sería una de sus metas.
Ironman es de las pruebas más duras que existen en el mundo, pues se combina el ciclismo, la natación y el atletismo.
Jorge entrenó tan duro que había días en los cuales se levantaba a las 4 de la mañana para correr, nadar y practicar el ciclismo.
Se preparaba para una competencia grande que era de: 1.9 kilómetros de natación, 90 en bicicleta y 21 corriendo.
El entreno para competir era duro, bajo el sol, la lluvia, de día y hasta de noche, Jorge no descansaba. Era una tarea dura su preparación, no solo física, sino mentalmente.
A finales de septiembre de este año, Jorge emprendió el viaje hacia Brasil, lugar donde competiría. Estaba ansioso y nervioso por lo que enfrentaría, pero nada se comparaba con la emoción de ser uno de los dos guatemaltecos que estaba presente en esa competencia de miles de personas de diferentes países.
Jorge concluyó su meta, logró cruzar con un tiempo de siete horas, las que fueron suficientes para saber que todo había valido la pena.
Con la bandera de Guatemala y la de La Antigua, Jorge cruzó la meta y con orgullo demostró que los guatemaltecos cumplen sus sueños.
Esta no será la última carrera de Jorge, espera que el próximo año pueda asistir a más competencias en otros países.