¿Sabías que en Guatemala hay más de 4 millones de perros y gatos callejeros? En ocasiones muchos de nosotros los hemos podido notar desnutridos, con serias enfermedades en la piel y en el peor de los casos, atropellados. Ante este escenario, han surgido varias iniciativas por parte de instituciones gubernamentales, fundaciones y algunas personas individuales. Lo cierto es que pocos se han dedicado por completo a la vida de los animalitos callejeros. Una de estas personas es Paulina Cerezo, una guatemalteca que desde hace más de 10 años decidió entregarse para salvar vidas y garantizar la recuperación de perritos que han sido víctimas de accidentes o maltrato en la calle, para luego encontrarles un hogar.
“Los animales siempre me han gustado, mi mamá y mi papá me enseñaron a respetar y amarlos desde que era muy pequeña. Recuerdo que rescaté por primera vez a los 13 años y fue a mi perrita que hasta hoy sigue conmigo y se llama Lúa. Con el tiempo quería involucrarme más y más así que comencé a buscar información de las distintas asociaciones y me di cuenta que existía mucho conflicto y competitividad entre ellas, así que decidí quedarme como rescatista independiente y colaborar con todas estas”.
“Todos los perritos que rescato los doy esterilizados, vacunados y desparasitados, por eso se le hace a la persona un cobro de Q300 y eso no es que cubra todos los gastos, pues cuando los rescato los llevo a la veterinaria para que los bañen, les den de comer y les pongan alguna otra vacuna”.
Para Paulina ha sido un camino complejo, pues son tantos los perritos que el gasto se vuelve realmente significativo. A pesar de esto, ella entrega una buena parte de su dinero a las veterinarias que se hacen cargo de los recién rescatados. “Lo que yo hago es ningún milagro, cualquiera lo puede hacer. No recibo dinero de nadie, no tengo ninguna empresa que me patrocine, y si no tengo dinero le pido a mi familia y amigos, junto el dinero y listo”.
También cuenta que durante estos años de experiencia, ha podido notar que la gente aún sigue en búsqueda de perritos de raza. “Vemos muchas cosas, por ejemplo, si es una camada de cachorros, los últimos que se me van son los negros. También me cuesta mucho que adopten a perritos adultos y son los que más necesitan un hogar, pero sobre todo me cuesta que la gente aún muestra cierto nivel de rechazo por los perritos mestizos y en verdad son los más agradecidos y nobles”.
A pesar de estos obstáculos, esta joven guatemalteca busca transformar la vida no solo de los perritos sino de quienes los adopten. Su crecimiento fue tanto que después de tantos años, en abril de 2018 decidió iniciar su propia asociación que bautizó como Kala, para poder brindar una ayuda más formal.
“Me siento feliz con lo que hago, me encanta cuando la gente manda fotos de sus perritos y sus excelentes hogares y recordar el momento y lugar dónde lo recogí y donde está ahora. Pero mi objetivo real con Kala ya no es solo rescatar yo sino instruir a la gente a que lo haga. Las asociaciones están saturadas y en la mayoría de casos no es que se cuente con muchísimo dinero. Siento que si más gente se pone a hacer lo que yo hago sería genial y me gustaría que supieran que lo que hago lo puede realizar cualquiera, siempre con el apoyo de más personas. Si no tienes dinero haz coperacha con tu familia y amigos para pagar un hospedaje y que se recupere, luego se le consigue un hogar. Eso es lo que busco, que hagan lo mismo y no esperen a que una asociación lo lleve a cabo”.