Guatemala es el país centroamericano en el que más niñas, niños y adolescentes trabajan. Las últimas estadísticas de UNICEF revelan que alrededor de 507 mil niñas y niños guatemaltecos de 7 a 14 años se ven en la necesidad de conseguir un trabajo. Uno de ellos es Ángel Jesús Bran, de 12 años, quien cursa 5o. grado primaria en la escuela nacional 810 en Santa Catarina Pinula. Desde pequeño se ha caracterizado por su nobleza, tenacidad y perseverancia para luchar por lo que quiere.
Hace algún tiempo su papá sufrió un accidente que lo dejó inmóvil y sin posibilidades de realizar sus actividades cotidianas. Era él quien llevaba la comida y de él dependía Ángel Jesús; al suceder este accidente, quedaron devastados y la pobreza complicó aún más las cosas. Desde entonces, El gordito, como lo llaman de cariño, se ha encargado de asistir a su padre, bañarlo y cocinar sus alimentos. Pero no solo eso, este menor se vio en la obligación de aumentar ingresos para poder sobrevivir, así que consiguió un trabajo de medio tiempo en una librería y el resto del tiempo lo utiliza para asistir a la escuela. Además, en sus tiempos libres se dedica a vender agua pura y bufandas.
Muchos viven situaciones difíciles como la de Ángel Jesús, la mayoría de ellos abandonan sus estudios y forman parte de la niñez en riesgo que se convierte en la más susceptible ante cualquier escenario de maltrato, violencia y explotación. A pesar de ello, este menor ha decidido superar esta situación al mismo tiempo que cumple sus metas personales.
Durante el último año ha podido vivir una de sus mayores pasiones: el ciclismo urbano y jugar ajedrez. En la última disciplina obtuvo una medalla por una competencia que se realizó durante una mañana deportiva en un centro educativo de zona 16 de la ciudad. Además, se unió al grupo de ciclismo SCPenBici en el 2017, pero no contaba con una bicicleta, así que utilizó la de un amigo. Hoy, con muchísimo esfuerzo, ha podido comprar su bicicleta e intenta practicar el deporte la mayor cantidad de tiempo posible, pues para él es su terapia y uno de sus principales motivos de felicidad.
Muchos niños como él luchan y sobrepasan obstáculos inimaginables con el único objetivo de superarse en la vida y ser personas de bien. Ángel Jesús nunca ha dejado de lado sus estudios y uno de sus mayores sueños es convertirse en policía o bombero y servir a mucha gente como lo ha hecho con su papá.