La labor de los bomberos pasa casi desapercibido por algunos, pero ellos siempre están al servicio de todos. Sin importar quién seas, arriesgan sus vidas para poder salvar la de otros. Se mantienen alerta, esperando una llamada de emergencia.
Algunos lo hacen como una tradición, casi como un linaje familiar que trasciende generaciones. Hay quienes ingresan solo por curiosidad y terminan con el deseo de hacer más por otros.
En Guatemala, los cuerpos de bomberos están divididos por municipales y voluntarios. Ambos con el mismo fin, ayudar a los demás a cambio de nada.
Un oficio que puede encantar
Roberto Figueroa, quien actualmente cumple 4 años en la 2a. Compañía de los Bomberos Municipales, entró por curiosidad a la profesión. “Un día escuché a un familiar hablando cosas raras de salvar a alguien por teléfono, cuando le pregunté de qué trabajaba, me dijo que era bombero. Después de saber eso, pasé mucho tiempo con la curiosidad sobre la labor. En mi primer año de la universidad, hice pruebas para entrar a los bomberos. Realicé de velocidad, subí por escaleras y muchas otras cosas para probar mi fuerza. Al final, me di cuenta que me gustaba mucho y me quedé”, comenta.
“He visto muchas cosas, como encontrar a una compañera y amiga en su casa, bajo tierra, tras la tragedia en el Cambray. Incluso, encontramos su uniforme y título de bombera al buscarla”, comparte Roberto.
A pesar de las situaciones difíciles que ha vivido, Roberto cuenta con vivencias positivas. Evitar suicidios usando técnicas que aprenden durante la preparación de 10 meses al inicio de la carrera o apagar incendios en edificios llenos de personas. “Algunos dicen que nosotros los bomberos no tenemos sentimientos, pero debemos demostrar nuestra fortaleza para poder transmitir seguridad a otros”.
“Realmente la satisfacción y lo que me motiva es poder ayudar a las personas y esa es la única recompensa”, comentó.
Los bomberos quieren salir adelante
A Roberto, su amor por el oficio le da esperanzas para ayudar por mucho tiempo más, a pesar de tener solo 4 años siendo bombero. Otros cuentan hasta con 15, 20 o 30 años de ser bomberos municipales o voluntarios.
Sin embargo, el oficio se mantiene solamente por la disposición de sus miembros a ayudar. Sin combustible, ambulancias o motobombas sin funcionar; falta de recursos tanto en la capital y el resto de país son las preocupaciones de los cuerpos de socorro. Para ayudar, es necesario tener el equipo adecuado. Algunos miembros ponen dinero de sus propios bolsillos para evitar que en las estacione falte algo.
También sufren las malas bromas de algunas personas. Las llamadas falsas se han convertido en normal, que varios bomberos indican que incluso triplican a las reales. El número telefónico de un restaurante de pizza, insultos, niños haciendo bromas o emergencias inexistentes como un incendio, son solo un poco de lo que deben pasar todos los días.
Muchos no entienden cuál es el daño que provocan las llamadas falsas. Varias estaciones de bomberos alrededor del país viven con lo justo para ayudar a otros. Salir por una emergencia que no existe acaba con los pocos recursos con los que cuentan.
Siempre dispuestos a ayudar
Al igual que varios servicios del país, los servicios de los bomberos sobreviven únicamente de su personal, que no se rinde para poder ayudar a alguien. A pesar de todas las dificultades que conlleva ser un bombero, siempre hay alguien que contestará tu llamada para auxiliarte.
¿Tienes una emergencia? Puedes ponerte en contacto con ellos en los siguientes números:
Centro de coordinación de emergencias de los Bomberos Municipales Tel. 123
Emergencias Bomberos Voluntarios Tel. 122
¿Te animarías a ser un bombero? ¿Qué crees que es lo más difícil de ser parte de este oficio?