Llega nuevamente el 8 de marzo, fecha en la que se conmemora el Día Internacional de la Mujer, pero dentro del ambiente deportivo difícilmente es un tema que se pueda “celebrar”. Aunque en la historia muchas mujeres han destacado en distintas disciplinas, continúan los estereotipos y desigualdades.
El simple hecho de pensar que existen deportes exclusivos para hombres o mujeres enmarca una tendencia a la que ya estamos familiarizados y la hemos convertido en una casi realidad. Si nos mencionan el “Mundial de Fútbol” ¿qué viene de forma inmediata a nuestra mente?, si hablamos de la fuerza y potencia que necesita el levantamiento de pesas, ¿qué nos imaginamos? La respuesta es sencilla, hombres.
Aunque intentemos forzar a nuestra mente para pensar en las mujeres, a muchos les cuesta hacerse a la idea. Además, difícilmente podremos hacer un marco comparativo en cuestión de resultados porque son muy pocos los deportes en los que las mujeres compiten contra los hombres.
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La primera con la bandera azul y blanco
En Guatemala hay un nombre inolvidable: Graviola Ewing, originaria de Puerto Barrios, fue la primera mujer con el uniforme de nuestro país compitiendo en los Juegos Olímpicos de Helsinki 1952. Participó en las pruebas de 100 y 200 metros de atletismo.
Sin duda, abrió una brecha importante para nuestras competidoras que poco a poco han encontrado espacios en diferentes disciplinas.
Otra en la que Guatemala ha logrado grandes apariciones es la gimnasia artística, con María Flores, Luisa Portocarrero y Ana Sofía Gómez. Sin embargo, existen dos ramas diferentes, separando a hombres y mujeres.
Dato curioso
En los Juegos Olímpicos de 1996 participaron por primera vez las selecciones femeninas de fútbol. Disputaron la misma cantidad de partidos que los hombres, pero su juego fue mucho más limpio, asistió más gente a las gradas y se mostraron menos tarjetas amarillas y rojas.
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Pocas ventanas en el deporte élite
Aunque es válido e importante que en los deportes amateur se hagan chamuscas mixtas, carreras entre todas y todos los que viven en la cuadra o que se reciban clases de jiu jitsu entre hombres y mujeres, a nivel élite son pocas las ventanas para ambos géneros.
Ojo: la inclusión de la mujer en el deporte busca igualdad en el desarrollo de las competencias, no superioridad de la mujer sobre el hombre modificando los roles que hoy jerarquizan en el ámbito.
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La equitación es un ejemplo de ello. Los deportes de motor también permiten que ambos géneros participen en los mismos eventos. Algunas competencias privadas de ciclismo en sus distintas modalidades, deportes de raqueta en equipo y navegación a vela.
Natación tanto en piscina como aguas abiertas ha incorporado equipos mixtos para relevos y en otros casos en triatlón. Pese a ello, en Guatemala se sigue juzgando distinto el esfuerzo del atleta hombre y la atleta mujer.
Aún la brecha es amplia, los pasos más difíciles se han dado y queda mucho camino por recorrer. La pasión por las distintas disciplinas embalan por igual a hombres y mujeres. ¡Es momento de apoyar más a nuestras representantes!
Con información recopilada de: Charla sobre Día Mundial de la Radio y la mujer en el periodismo deportivo de la Cámara de Locutores de Guatemala y UNESCO, Comité Olímpico Guatemalteco e investigaciones de Juan Zanassi sobre historia de la mujer en el deporte.
Fotografía de portada tomada del Comité Olímpico Guatemalteco (COG)