Un resfriado la llevó a crear un pay de dulces típicos que bautizó como el pay chapín
Un día Brenda se quedó sin trabajo.
Del día a la noche, pasó a ser una desempleada más en este país y sin posibilidades de ubicarse en un puesto inmediatamente.
“Me obligaron a renunciar” y estuve tocando puertas, enviando currículums y nadie me contrataba con el pretexto de mi falta de experiencia o porque no iba recomendada por alguien.
Brenda es abogada de profesión y trabajaba en una empresa privada, pero un día, sin darle oportunidad de defenderse, le dijeron que estaba despedida.
Con dos niños y una casa que mantener, se desesperó con el paso de los días.
Tanto así que su salud también se deterioró debido a la desesperación y decidió que iba a vender alfajores para sufragar los gastos diarios.
“A mi familia siempre le ha gustado como preparo los pasteles”. Sus papás, hermanos y tíos probaban lo que ella cocinaba.
Por ejemplo, creó el pastel al que denominó imposible, que es un postre cuya base es de chocolate y sobre él lleva un flan del sabor que resalta al paladar.
Brenda creyó que la gente valoraría su trabajo y los alfajores fueron su primer producto de venta en redes sociales y de forma personal, pero le pusieron muchos pretextos para no comprar. Que muy caros, que no les gustaba y así, un largo etcétera.
Un día Brenda amaneció acatarrada y sin ganas de salir a la calle. Ese día pensó en crear un pastel que gustara a todos y representara el sabor de los dulces de Guatemala.
Creó así el pay nacional o como ella le dice el chapín.
Brenda es amante de los dulces típicos y con los ingredientes que tenía, queso e higo, preparó el relleno del pay.
Sobre esa base colocó canillitas de leche, tamarindos, camote en dulce y colochos de guayaba.
Es espectacular dice esta mujer emprendedora, de 31 años, que se considera una empresaria trabajadora que le gusta hacer manualidades, aprender y crear.
No es empalagoso, asegura, porque la fusión de los sabores con el queso impide que se sienta extremadamente dulce.
El pay chapín es un tributo al mes de la patria y representa ese algo que evoca el tiempo de antaño, de los abuelos.
Los dulces que Brenda utiliza para su pay son llevados a su casa desde Antigua Guatemala y su repostería dice, no es industrial.
Con un niño de tres años y una nena que apenas cumplirá uno, Brenda trabaja intensamente en la cocina y cuida a sus dos pequeños.
Y no importa cómo sea, ella los reparte en bus o camina, porque aún no cuenta con un motorista que cumpla con los pedidos, también su esposo la apoya en este emprendimiento que considera va a ser muy exitoso.
Cada pay lleva un estimado de cinco horas para su fabricación y su precio no excede de los Q140.
Ella anuncia su producto en las redes sociales porque su empresa no es industrial, incluso desde México la felicitan y lamentan no poder probar su creación, pero le desean muchos éxitos.
Por si desean contactarla, el número de Brenda es 4019-7004. O la encuentras en redes sociales como @vickyguapa