Sus manos son capaces de transformar una bola de lana en una obra de arte, desde personajes de películas hasta look alike como Lizzy, que ha decidido llamarles.
Una mujer sonriente, amable y llena de sueños, así es Lizzy, que antes de ser una emprendedora fue deportada de Estados Unidos. Ya instalada en Guatemala trabajó en un call center, donde sufrió un accidente que casi la llevó a la muerte. “Estando en el hospital fue cuando decidí que tenía que hacer algo con mi vida, que tenía que encontrar mi talento”, indica.
Tiempo después se casó con David. “Mi suegra tenía unas bolas de lana y a mí me llamaba la atención, aunque no supiera tejer ni nada. Sentía que ese era mi talento; incluso, soñaba con eso”, cuenta Lizzy.
Sus maestros fueron los tutoriales que veía en YouTube. “Ahí aprendí las puntadas principales y empecé haciendo gorritos. Mi esposo me dijo que por qué no los salía a vender a la colonia y así lo hice. Esa noche regresé con Q500 a la casa”, comenta.
Look Alike
Antes de que todo empezara a salir bien, desperdició dos cajas de lana. Conforme fue perfeccionando su técnica, descubrió que “a la gente le llamaban la atención los muñequitos y a mí me gusta dibujar, y así fue como empecé a hacer mis productos”.
La meta de Lizzy es “llegar al corazón de las personas y que cuando abran la caja se sientan únicos”.
Su esposo y su suegro fueron los principales promotores de su talento, que hasta hace un par de años y que luego de un encuentro cercano con la muerte, parecía estar escondido.
“Yo tenía una clienta que iba cumplir aniversario con su novio. Ella quería darle un regalo especial y fue ahí donde se nos ocurrió la idea de hacer un muñequito que se pareciera a él”, recuerda Lizzy.
Cada look alike trata de parecerse lo más posible a su dueño. “Cuando hago uno, primero le veo la cara, los ojos de la persona, trato de meterme en su historia para poder transmitir su esencia en las creaciones”, señala la emprendedora.
Amigurumi
“Un amigo japonés me contó que los amigurumis tienen la capacidad para cuidarte el resto de tu vida y eso es lo que yo trato de transmitir cuando hago uno de ellos. Tomo el alma de la persona para transformarlo en un muñequito de lana”, resalta.
Le toma de 65 a 100 horas hacer uno.
Si quieres conocer más del arte de Lizzy, puedes hacer tus pedidos por medio de sus redes sociales: https://www.facebook.com/zoeyloveart/