Hasta 20 mil mesas conformarán el proceso electoral, donde más de 8 millones de guatemaltecos elegirán a los próximos funcionarios públicos para el período 2020-2024. Entre los varios miembros del Tribunal Supremo Electoral (TSE) que se movilizarán por toda la nación para velar por la transparencia de las elecciones, la participación de los fiscales de mesa tomará relevancia.
Son los encargados de vigilar por unas elecciones transparentes y en la búsqueda por un proceso electoral efectivo, tanto para los votantes como para los partidos políticos. Los fiscales son la representación de los partidos y comités en las mesas, quienes trabajan en conjunto con los voluntarios, entrenados por el TSE para el conteo de los votos.
Existen varios tipos de fiscales durante los comicios. Entre ellos está el nacional, departamental, municipal y de la junta receptora de votos. Su labor es un derecho de la Ley Electoral y de Partidos Políticos “para que las organizaciones políticas puedan fiscalizar las actividades relacionadas con el proceso electoral”, según indica el Manual de Fiscales de Organizaciones Políticas que el TSE administró durante las elecciones de 2015.
El fiscal nacional tiene funciones directas con el TSE, ya que el conjunto entre todos los partidos políticos es el que aprueba el modelo de las papeletas y se encarga de dar su punto de vista del proceso electoral durante las sesiones del referido Tribunal Electoral. Por otro lado, también puede vigilar durante todo el proceso electoral, incluso velar por la correcta fabricación de las papeletas.
El fiscal departamental se encarga de solicitar a la Junta Departamental, los resultados de las elecciones. El fiscal municipal se encarga de funciones similares en lo referente a su municipio encargado.
El problemático puesto de fiscal en la Junta Receptora de Votos
Por último, el fiscal de la junta receptora de votos es quien se encarga de vigilar las votaciones desde el inicio de la recepción de los sufragios. Por otro lado, firma todas las actas de las mesas receptoras y puede impugnar o rechazar la participación de los votantes.
En un puesto tan fundamental para los partidos políticos, el de fiscal ha sido criticado por miembros de las mesas receptoras. “Algunos dependen de los lineamientos que les ponen los partidos políticos. Por ello, a los secretarios de mesa, desde el inicio del conteo, se les indica cómo es la revisión de los votos para evitar problemas. Hay veces donde sí se puede ver la tendencia de los fiscales con su partido político; sin embargo, por eso hay varios miembros en las mesas para siempre llegar a un consenso sobre la intención del voto ante una duda”, indica Mynor, quien participó como secretario de mesa durante las elecciones de 2015, en la primera y segunda vuelta.
“Es necesario que ellos no lleguen adoctrinados por los partidos, sino que velen por la transparencia de las elecciones, tanto como los secretarios y los receptores hacemos”, resalta el secretario de mesa.
Por otro lado, Marcos, quien fue voluntario en zona 2 de la capital, dice: “Muchos se pierden la intención del voto (refiriéndose a la interpretación por la que el votante marcó un partido) y se fijan más en pequeños errores o detalles que no siguen con la intención. Esto, con el fin de volver un voto nulo, pero el proceso hace que, aun con estas situaciones, se puedan lograr unas elecciones transparentes”.
A tan solo días del inicio de las elecciones, los centros de votaciones ya se preparan para recibir a los guatemaltecos que emitirán su sufragio.