Juan Diego nació con discapacidad visual, es originario de Antigua Guatemala y migró junto con su mamá, Tere, a la capital, en búsqueda de una cura que nunca llegó.
“Mi vida como estudiante fue difícil, porque no había tantas facilidades; eran pocos los maestros que sabían braille, e incluso los libros escritos en ese tipo de lenguaje eran muy escasos”, indica.
Él ya ha participado cinco veces en las elecciones ejerciendo su voto, pero lo que más le cuesta al momento de hacerlo es que “no hay condiciones adecuadas para poder hacerlo bien, porque las escuelas o los centros no están adaptados, ni siquiera las papeletas”.
El Mineduc reporta que 2 mil 833 escuelas se convertirán en centros de votación, pero el 80 por ciento no cuenta con rampas para facilitarles el ingreso a personas con alguna discapacidad.
En Guatemala, los espacios públicos, edificios y oficinas, así como el sistema de transporte público, no cuentan con las condiciones mínimas para garantizar la fácil movilidad de las personas con distintos tipos de discapacidad, ni existen protocolos de seguridad en casos de emergencias o desastres naturales enfocados a esta población, según el Centro de Reportes Informativos sobre Guatemala (Cerigua).
“La accesibilidad en espacios públicos es prácticamente escasa, como se evidencia en el sistema de autobuses o en la infraestructura de los edificios”, opina Óscar Escobar, profesor de braille.
“Mientras que una candidata se burla de manera nefasta de las pocas señales que las personas con discapacidad tienen, ellos se arriesgan a muchas cosas mientras transitan en la calle”, añade.
“En algunos edificios no se cuenta con ascensores, rampas o señalizaciones adecuadas, por lo que las personas con discapacidad deben esperar en la planta baja, mientras alguien llega a atenderlos; esta no es la manera adecuada de brindarles atención, pero lamentablemente así es”, resalta Escobar.
Uno de las principales problemas en este tema es que las autoridades desconocen dónde se encuentran las personas con discapacidad y cuál es su situación específica, por lo cual, cuando ocurre una emergencia, no saben cómo atenderlos adecuadamente.
Juan Diego explica: “Moverme por la ciudad se me complica, las banquetas no están diseñadas para apoyarme con mi problema y algunas son un peligro por los tragantes abiertos. Creo que se debe ampliar el trabajo de adecuación de la infraestructura. Las calles son un peligro para quienes tenemos discapacidad visual”.
Panorama electoral
Ocho de cada diez establecimientos educativos públicos que serán centros de votación para las elecciones presidenciales, el próximo 16 de junio, no cuentan con rampas que faciliten el ingreso para las personas con alguna discapacidad física.
De acuerdo con Rosa Idalia Aldana, presidenta del Consejo Nacional para la Atención de las Personas con Discapacidad (Conadi), se desconoce el número de guatemaltecos con alguna discapacidad que se acercará a las urnas en este proceso electoral.
Los dos mil 833 establecimientos educativos que funcionarán como centros de votación estarán distribuidos en ocho regiones. El 17 por ciento de estos se ubican en la Región 6.
Región 1: Guatemala, se habilitarán 229 escuelas.
Región 2: Alta y Baja Verapaz, 207.
Región 3: Chiquimula, El progreso, Izabal y Zacapa, 167.
Región 4: Jutiapa, Jalapa y Santa Rosa, 169.
Región 5: Chimaltenango, Escuintla y Sacatepéquez, 188.
Región 6: Quetzaltenango, Retalhuleu, San Marcos, Sololá, Suchitepéquez y Totonicapán, 508.
Región 7: Quiché y Huehuetenango, 282.
Región 8: Petén, 83.
