Norma Galicia, de 43 años, es una mujer con un pasado duro. La vida no le fue fácil desde su niñez, ya que tuvo que valerse por sí misma para salir adelante.
Con tan solo 13 años tuvo que irse de la casa, pues “su padre era machista y por ello sufrían violencia intrafamiliar”. Estaba cansada de ser testigo de los abusos que se cometían en contra de su familia, pero también su propia familia la menospreciaba, ya que sus hermanas no la querían.
Ante esta situación, se fue a vivir a la calle. Había días en los que no se bañaba, no comía y dormía en el suelo. Era una niña que se fue de su casa en busca de un sueño, que en algún momento se convirtió en pesadilla.
Durante tres años vivió de esa manera. En zona 15, algunas personas la apoyaban dándole comida, ropa y zapatos, y hubo un amigo que le abrió las puertas de su vivienda para que tuviera un lugar dónde dormir. Además, otros, generosamente le regalaban dinero para que pudiera subsistir, de esa manera lograba comprar periódico y luego lo revendía.
Pero la historia de la “Pirulina” no terminaría así, pues se empezó a prostituir en las cercanías del antiguo Guatel. Tenía clientes que le pagaban Q20 por un servicio. Con el tiempo, cansada de esa vida, conoció a un hombre que después sería su esposo, quien la sacó de esa vida y luego vivieron juntos por dos años. De esa relación tuvo a su primera hija, y después empezó a vender helados para tener un ingreso extra.
Pero parecía que la historia se repetiría, pues a su esposo no le gustaba que ella se arreglara, se maquillara y tampoco la dejaba hacer otras cosas. “Él era algo machista”, por lo que decidió quedarse sola porque no estaba dispuesta a vivir de nuevo esa vida.
Regreso a la prostitución
Pero la vida le iba a seguir pasando factura, pues tuvo que regresar a la prostitución. En zona 15 tenía varios clientes, que ella no olvida, pero eso ya no era suficiente y empezó a trabajar en un club nocturno, donde la obligaban a hacer de todo sexualmente, aparte de ingerir licor. Desesperada de esa situación, le empezó a clamar a Dios por una vida diferente.
“Yo me ponía a llorar y le decía a Dios que me ayudara porque si no, no sabía dónde iba a terminar si seguía en esa vida”.
Galicia decidió vender helados nuevamente, además de participar en manifestaciones. Con creatividad empezó a buscar espacios y disfrazada de diferentes maneras llegaba a levantar su voz.
“Las injusticias no me gustan a mí, es por eso que nació la Pirulina, porque estaba muy de moda el Pirulino, entonces por eso me nombré así. Dependiendo de la manifestación, así me visto”.
Los puestos de elección para este 2019
Un amigo de Galicia le llegó a decir que si ella quería participar en las elecciones como candidata a diputada, pero ella no se quiso ilusionar porque ya otros hombres le habían prometido cosas y no cumplían. Lo estuvo pensando, pero decidió que sí apoyaría a un partido político en los próximos comicios, por lo que la sorpresa fue grande para muchos.
El primer ofrecimiento que le hicieron fue la casilla 6; sin embargo, a los pocos días le dijeron que le tenían una sorpresa y que estaría en la casilla 4, en la asamblea de proclamación de candidatos. La “Pirulina” estaba muy emocionada, pero algo la empezó a incomodar y es que a sus espaldas empezaba a escuchar rumores.
La gente la criticaba por su pasado, por su manera de vestir y por su forma de hablar. Ante esto, Galicia ya no se sintió cómoda con el partido que le había abierto las puertas.
Pero todo se salió de control cuando llegó la hora de inscribir al partido, pues ella ya no estaba en el listado que le habían prometido. Se encontraba después de las primeras casillas, ya que estas le habían sido dadas a los más cercanos a los cabezones de la agrupación política, por el simple hecho del trabajo que ella había desempeñado años atrás.
“Me estaban pidiendo Q300 mil por la casilla y yo les dije que no soy lameculos de nadie, por eso ya no acepté. Le indiqué a la gente que no vote por mí, porque no voy a ser candidata de ningún partido corrupto”.
Galicia, entre alegatos, pleitos y golpes, se salió del partido con la promesa de que esto no sería lo único que sabrían de ella, sino que se verían en los tribunales.
“Yo les dije a esos cerotes que de mí iban a volver a saber porque esto no se iba a quedar así, se van a enfrentar conmigo y yo sí los voy a fregar”.
Mientras tanto, la denuncia continúa en contra de los líderes del partido político, por violencia contra la mujer y discriminación.