¿Quién no ha pensado en el menú que comerá este fin de año? De hecho, algunas familias comienzan a hacer los tamales de la época en cuanto comienza diciembre.
Existen muchas personas y familias que viven en situación de pobreza y en la calle, quienes no cuentan con alimento en estas épocas y en todo el año.
Operación Panito es una iniciativa que surgió desde las comunidades formadas por los Encuentros de Promoción Juvenil (EPJ) de la Iglesia Católica y desde hace 25 años ha tenido como objetivo dar un pan y una bebida caliente a personas sin hogar.
Este movimiento, que se ha mantenido por años, inició un 24 de diciembre de 1994. En esa ocasión, un grupo de jóvenes se reunió alrededor de la Catedral Metropolitana para dar un tamal a las personas que viven en la calle y se alojan alrededor de la iglesia.
Esa madrugada se dieron cuenta de la necesidad de esas personas y siguieron su labor sábado a sábado; hoy, 25 años después, siguen llegando a más de 300 personas cada fin de semana. Han servido un aproximado de 260,000 porciones en todo este tiempo. En ocasiones tienen desayuno completo y un tamal, dependiendo de los donadores.
Durante todo este tiempo, los voluntarios han mantenido esta iniciativa. “Cabe mencionar que no han sido los mismos a través de 25 años, ya que cada uno, en su momento, ha sostenido el proyecto con amor”, comenta Ana Canahuí, de Operación Panito.
Actualmente hay un promedio de 35 voluntarios que llegan en la madrugada a los puntos de encuentro, quienes buscan financiamiento y, a la vez, donan dinero e insumos para sostener la iniciativa.
Actualmente están presentes en la zona 1(Catedral Metropolitana, Parque San Sebastián y Pediatría del Hospital San Juan de Dios), zona 2 (Hogar Marina Guirola) y zona 11 (UNOP).
La forma de apoyar este proyecto es con aportes económicos o insumos. Cada porción incluye pan blanco con relleno (frijol, huevo, jamón, pollo o lo que los voluntarios donen); se le agrega bebida caliente y un pan dulce. Para Navidad es un tamal.
Para Ana, lo más satisfactorio de este proyecto es hacer realidad la frase: “Hay más alegría en dar que en recibir”; asimismo, saber que hay alguien que los espera por el alimento físico y por un poco de compañía cada fin de semana.