El documental “Guatemala, Corazón del Mundo Maya” ha hecho que miles de guatemaltecos nos conectemos a #Netflix para apreciar una puesta audiovisual destacada, pero que queda a deber en el fondo.
Debido a que me encuentro lejos del territorio nacional, me había resultado difícil apreciar el documental que saca algunos de los mejores parajes del país. Así que sacrifiqué cuatro de mis quince gigas de navegación mensual para verlo y formarme un criterio.
A nivel visual, el largometraje tiene muy pocas objeciones; aunque me quedé con la sensación de que la narrativa quedó mucho a deber.
Paisajes naturales, ciudades mayas y post coloniales son algunos de los escenarios que este documental ilustra con una técnica audiovisual bastante destacada.
A nivel técnico no tengo objeciones para este documental, pues captura imágenes de la flora y fauna del país de la eterna primavera y te inserta en la selva petenera y en algunas de las tradiciones que son producto de ese rico mestizaje milenario.
Es un deleite visual, fragmentos del país que me sacaron más de un suspiro y que por momentos me erizaron la piel. Eso es en lo visual, pero también merece la pena hacer un análisis del contenido.
Acerca del contenido de este largometraje
La producción es de suma importancia, pues al estar subida en una plataforma televisiva y mediática de paga como #Netflix, pone en la palestra a un país de árboles, riqueza hídrica y monumentales ciudades prehispánicas.
No obstante, respecto al contenido, la pieza audiovisual se queda un tanto corta en cuanto al contenido; es un tanto superficial y la narrativa no es acorde a los parajes mostrados.
Me parece que los productores debieron respaldar el guion con voces de antropólogos, arqueólogos, sociólogos e historiadores, para darle una riqueza narrativa a la altura de la producción.
Finalmente, considero que es un documental de venta turística; donde se busca mostrar lo bonito de Guatemala en imágenes, muy parecida a una producción del INGUAT, pero sin mayor contenido de fondo.
También podemos referirnos de los sublime del país y aportar más elementos sociológicos, antropológicos e históricos. ¿O no?