Ya hace dos años que lo venía pensando. Habíamos estado en varios colegios y en todos llegábamos a fin de año cansados, agobiados, agotados de tanto ir y venir. Nos resistimos por un montón de razones desde la socialización, el tiempo de mamá como tutora hasta que llegamos a la conclusión de que era lo mejor para nuestra familia.
Razón #1: las interminables tareas me hacían sentir que ya estaba haciendo homeschooling
Nos cansaban las interminables tareas y a veces mi hija ni había entendido en clase. Teníamos que hacer la lección de nuevo en casa y trabajar juntas la tarea. Era como estar haciendo homeschooling y además pagar el colegio.
Razón #2: no hay valores
El internet cambió la forma de educamos y no todos nos hemos adaptado. A los 9 años, uno de los niños de la clase estaba viendo pornografía en la computadora de su casa. A los padres del niño les daba igual, les parecía irremediable y no tan grave que su hijo llegara hablando de porno a todas las niñas de su clase, que relacionara sus conductas con lo que veía en el internet. No importaba si cuidábamos a nuestra hija de los peligros del internet, los otros niños se encargaban de contarle todo lo que había para ver.
Razón #3: el horario poco flexible
El estilo de vida de mi familia es bastante gitano, vamos a todos lados cualquier día. A veces teníamos que viajar a otro departamento durante un par de semanas y el estudio en un colegio tradicional lo hacía súper difícil. No pedíamos que se cambiara obviamente, sabíamos que los que teníamos que cambiar éramos nosotros.
Razón #4: un buen colegio es demasiado caro
Queríamos una educación de calidad para nuestra hija, pero costearla es un privilegio que no conviene a todas las familias. Los últimos dos colegios que consultamos tienen una cuota de admisión de US$3,000 o más, aparte de la inscripción, útiles y mensualidad que hacen aproximadamente Q5,000 al mes, sin bus ni actividades extracurriculares. Para nuestra familia esto es extravagante y excesivo. Sé que hay colegios menos caros, sin embargo, buscábamos algo que fuera mejor que aprender 1 a 1 en casa.
Razón #5: no toda la educación es académica
El sistema tradicional se enfoca en que nuestros hijos aprendan todo lo posible para ser los mejores profesionales porque asociamos eso con éxito en la vida. ¿Qué pasa si no pensamos igual? ¿Qué pasa si tenemos otras ideas de éxito en la vida que no necesariamente son ir a trabajar para hacer dinero? No me malinterpreten, no estoy haciendo de menos el esfuerzo de nadie, sino que cuestione el sistema en general.
En lo personal, creo que nuestras vidas tienen más significado que solamente ser productivos y necesitamos aprender otras competencias personales, además de las académicas. Pienso que en el homeschooling, los niños tienen tiempo de cuestionarse lo que realmente quieren hacer y la libertad para elegirlo; no solo son inducidos al sistema laboral porque sí. Uno de nuestros objetivos es que nuestra hija pueda encontrar el propósito de su vida y actuar sobre él.
Razón #6: encontrar una espiritualidad sana
Queríamos mostrarle a nuestra hija acerca de una espiritualidad, en la cual todas las preguntas son válidas. Nosotros somos cristianos, pero no nos identificamos con la religión y no habíamos conocido ningún colegio que nos pareciera espiritual, mas no religioso. No queríamos que confundiera espiritualidad con religión. Deseábamos que aprendiera a tener una relación con Dios en completa libertad y estar allí para responder a sus preguntas cuando las tuviera. Una espiritualidad no es lo mismo que los valores, porque el primero acepta que hay un poder superior, mientras el otro establece principios éticos solamente. Buscamos que nuestra hija conozca esa diferencia, que sepa elegir y conocer su espiritualidad libremente.
Hacer homeschooling es un verdadero reto para los padres, ya que se convierten en tutores y deben estar aprendiendo constantemente. Creo que es el mejor reto que podemos tener.
——-
Esta es parte de una serie de artículos acerca de nuestro primer año haciendo homeschooling. Todos los domingos haré uno nuevo. Voy a responder preguntas comunes acerca de la educación en casa como: ¿están avalados por el Ministerio de Educación? ¿Se pueden hacer programas internacionales? ¿Cómo hacen para interactuar con otros niños? ¿Realmente aprenden bien? Y otras interrogantes.
.
.