Si te sientes solo y abandonado, recuerda que eres guatemalteco, y en nombre de la espada y la cruz del pasado, aprende a pedir, “sin quitar los derechos de los demás”, sin resentimiento y no temáis, con la fe. Puedes realizar tus sueños y exígelo a los de la cruz de ahora, en ciclo del tiempo, que (se) te organicen para pedir un Estado de derecho. “Que te dé los mismos valores y deberes para todos los guatemaltecos”, no dejes de soñar, pero ten valor de realizarlo con el respeto que proviene de la cruz.
Si en el clamor por la paz y “en nombre de la cruz, que no hagan más atrocidades con la espada, la toga y el botín”. Usen el diálogo respetuoso y de beneficio social más amplio, y el conocimiento y la tolerancia que acerca a la comprensión para saciar el clamor por la tierra y justicia. Confiad en la cruz y no temáis por respetar los derechos del hermano y ciudadano guatemalteco, que deben ser los tuyos y los míos.
Y todo en nombre de la cruz que ofrece, con tu trabajo y participación, un futuro mejor.
Si yo pudiera hablar con usted guatemalteco, si mi aproximación a la verdad del momento del tiempo lo deja en qué pensar. Y usted se une en la idea de que es posible la paz, si usted, guatemalteco cambia de opinión y verdaderamente quiere la paz en nuestra Guatemala, está en nuestras “manos y voluntad” buscar lo que queremos. Lo que sea “nuestra voluntad” es lo que obtendremos y cosecharemos, pero hay que ponerle diálogo, ideas positivas y quitar “la envidia”, de nuestra conciencia maltratada por la injusticia de la guerra, el egoísmo y la envidia que no nos deja progresar.