Guatemala fue declarado recientemente como Tercer País Seguro por parte de los Estados Unidos. Explicado de una manera simple: el país del norte enviará a migrantes para que aquí se les dote de asilo, hospedaje y trabajo.
Pero Guatemala no es un país de cinco estrellas. En él encontrarán estratificación social, exclusión, marginación social, racismo, corrupción, incapacidad gubernativa, poco o nulo acceso a salud.
Aquí, una parte importante de la población no tiene acceso a educación, vivienda y servicios básicos. Aquí, querido migrante, estarán igual o peor de cómo estaban en su país.
Guatemala, hoy es un país que carece de políticas públicas exitosas y eficaces, y en los siguientes cuatro años las cifras, en vez de ir en aumento, bajarán con cualquiera de los dos candidatos que se disputan la presidencia. Por el momento o al menos en cuatro años más, no tenemos ninguna propuesta favorable y alentadora para que Guatemala cambie de estado.
Aquí no tenemos políticas públicas a largo plazo para asegurarles una estadía digna, ninguna política social para la reducción de pobreza ha funcionado.
Según los datos oficiales para Guatemala, la pobreza medida como porcentaje de población que no llega a la canasta básica creció en los últimos años. Desde 2006, la pobreza crece desde el 51 por ciento hasta el 59 por ciento de la población. Pareciera que la situación, en vez de mejorar, solo empeora.
De acuerdo con el Informe Regional sobre Desarrollo Humano de América Latina, hecho por PNUD, Guatemala es el único país de los 18 analizados en la región de América Latina donde la pobreza, en vez de bajar, aumenta.