Juannio es el eslabón, ineludible, para la constitución de buena parte de la historia del arte guatemalteco de los últimos 54 años. Decano, en cuanto a la longevidad de su acción, es influencia, tendencia y difusión en el campo de la contemporaneidad visual. Es, también, museo temporal, desde la perspectiva del ejercicio curatorial responsable, efectuado bajo la luz de la inteligencia, conocimiento y la sensatez, de donde nace anualmente cada guion museográfico. Dinámica que, además, cataloga lo seleccionado aterrizando los resultados en la exhibición de la obra y, con posterioridad, el traslape de los productos creativos hacia diferentes destinos. Como entidad, ayuda a formar criterios. Orienta al coleccionista emergente y complementa, con piezas singulares, a los que ya poseen pinacotecas bien sustentadas. De allí la responsabilidad que representa ser parte de la dinámica que implica.
El 2019 es un año señalado en el calendario de sus actividades. Sus organizadores se detienen a revisar y replantear las actividades de la subasta, buscando una inclusión más equitativa y abierta. Recordando la pluralidad del país y contextualizando que, en el arte, nada está dicho definitivamente. Es así como el nuevo comité, en un cabildeo abierto, ha propuesto un listado más amplio, variado e interdisciplinario, que acompañe y dialogue con el visitante.
Juannio, sin embargo, no solo trata de artistas, trabajos plásticos y elaboradas disquisiciones teóricas. Su misión, como patronato benéfico, es la de alimentar con la recaudación de los donantes los programas educativos del Instituto Neurológico de Guatemala. Entidad que trabaja con programas especiales para educandos con capacidades diferentes y cuyo complejo universo requiere el ingreso constante de recursos. De este modo, artistas y coleccionistas, se trasforman en un motor que gira en torno al altruismo y cuya acción les dimensiona desde otra figura más humana y consecuente con las necesidades del país.
Desde esta última perspectiva, Juannio es protagonista principal porque, a lo largo de su historia, ha echado una pala a sectores desprotegidos el por sector educativo oficial. Ha sacado de la oscuridad, con la visibilidad que representan sus acciones en la comunidad, a jovencitos que antaño eran escondidos por sus propias familias. A chicos y chicas que han conseguido un lugar en la sociedad guatemalteca, gracias a los programas individualizados de habilitación promovidos por el Instituto Neurológico de Guatemala.
De lo anotado se colige que Juannio no es solo una exhibición más de pinturas y esculturas. Es una sumatoria de acciones generosas llevadas a feliz término con voluntad y ganas de ayudar. Es un universo conformado por acciones posibles de entidades y particulares, cuyo fin es proveer con vastos recursos al Instituto Neurológico de Guatemala y, de coletazo, ponderar el producto artístico más visible de la actualidad. Por lo apuntado le invito a que sea usted, con su apoyo, parte de esta iniciativa que desde 1964, ha movido cielo, mar y tierra, con el único fin de ayudar a quien lo necesita.