Ser madre es una experiencia extraordinaria, te cambia la vida, el horario y las prioridades. Sin embargo, a veces es frustrante y agotador. Los padres ponemos nuestra atención y energías para cuidar a nuestros hijos, pero olvidamos propiciar espacios de autocuidado, lo que nos vuelve vulnerables a fácilmente colapsar.
La comida, las compras, la limpieza, la ropa, las tareas. En mi caso tengo ayuda en casa, no me imagino si no la tuviera. Seguro estaría internada en un psiquiátrico.
Aunado al estrés físico, el emocional y la presión que nosotras mismas ponemos en los cuidados domésticos, es algo realmente peligroso para nuestra salud.
Ponle atención a tus sentimientos y a lo que sientes, podrías estar sufriendo un síndrome llamado: Burnout.
¿De qué se trata? Es el sentimiento de “no puedo más”.
El síndrome de Burnout o agotamiento extremo es más común de lo que creemos, y se da cuando la persona ha estado sometida a un período de estrés intenso y prolongado, físico y emocional.
También puede sufrirlo el padre, pero lo más común es que se desarrolle en las madres porque en su mayoría son las que más tiempo pasan con el bebé y llevan el peso de los quehaceres domésticos.
Al síndrome de Burnout también se le llama “síndrome de desgaste profesional”, y se trata de “una respuesta prolongada de estrés en el organismo ante los factores estresantes emocionales e interpersonales que se presentan en el trabajo, que incluye fatiga crónica, ineficacia y negación de lo ocurrido”.
Síntomas del síndrome de Burnout:
Son síntomas que responden a una situación de estrés crónica, como:
* Dolores musculares
* Cefaleas recurrentes
* Trastornos gastrointestinales
* Insomnio
* Cansancio
Síntomas emocionales
* Aislamiento del entorno o problemas de relación
* Sensación de soledad
* Distanciamiento afectivo
* Sensación de frustración
* Ansiedad
* Desgano
* Ganas de llorar
¿Qué puedes hacer?
Procura ir a grupos de crianza y conocer a otras mamás que estén pasando por la misma situación.