Pablo Duarte está a 33 días de salir de la esfera política. El moribundo partido Unionista utilizó, quizás, su peor carta como estandarte electoral. Desde ya le cantó con alegría las golondrinas a una agrupación política condenada a desaparecer.
“Las mujeres son como las cucarachas: si no las pisas bien, se van”. “Las mujeres se parecen al cepillo de dientes: entre más duro les das, más se abren las cerdas”… Enunciados como estos los podemos encontrar en la publicación, al cual no es posible llamarle libro, del candidato Pablo Duarte: El masturbatorio para escoger pareja.
Se trata de una apología al “humor” misógino, que muchos “machos”, como él, celebran al referirse a la mujer de una forma despectiva. Naturalmente, la publicación ha generado críticas hacia el candidato en los últimos días de campaña. El presidenciable no ha tardado en responder y por medio de sus redes sociales ha emitido un pronunciamiento, bastante lamentable y paupérrimo, para defender su retrógrada publicación.
…”En la página 14 advierto del disgusto que en algunas damas pueda causar, y advierto de que debe ser leído con muy buen humor y, sobre todo, entender que es una profunda babosada a la que bajo ningún punto de vista debe tomársele en serio”, asegura en sus fanpage.
Es decir que a juicio del presidenciable, excusarse en el “humor” borra de tajo o amortigua esas aberrantes descalificaciones a las que se refiere en su publicación.
Esto significa que, bajo el paraguas de una broma, los guatemaltecos tenemos licencia para descalificar por diferencias de género de una manera burda y violenta, pues el “sentido del humor” nos da el permiso para ello.
Después podremos bromear libremente con temas raciales, e incluso tener el cinismo de publicarlos sin que esto tenga que ofender a alguien. Ese argumento no solo atenta contra el todo sentido común, sino que insulta la inteligencia de aquellos guatemaltecos que encontramos en la misoginia un acto despreciable.
Duarte culpa de las críticas al movimiento Semilla y a su secretario general, por supuestamente utilizar cuentas falsas para descalificarlo. Finalmente, el presidenciable cierra su comunicado con una burda ironía: “Si desean una copia autografiada, háganmelo saber; podría, inclusive, mandarla a San Salvador”.
El candidato del partido Unionista arremete contra otro partido y su candidata presidencial, pero no es capaz de explicar o argumentar con seriedad alrededor de los señalamientos de misoginia que despierta su cuestionada y nauseabunda publicación.
La publicación de Duarte insulta a las letras guatemaltecas, las que están repletas de grandes exponentes. Me parece bastante atrevido llamarle a esa retahíla de vulgaridades machistas y ofensivas: “libro”.
¿Podíamos esperar algo bueno del candidato que recientemente ofreció “garrotazos” en una entrevista radial, para disuadir las manifestaciones? ¿Se puede esperar algo de un tránsfuga (ha militado por varios partidos: EG, PAN, FRG y Unionista)? ¿Qué de bueno podremos decir de un exdiputado que una vez mostró armas en el hemiciclo?
Lo cierto es que el partido Unionista escogió a su peor carta para abanderar una candidatura presidencial, lo que personalmente celebro, pues él está a 33 días de salir de la esfera política y dicha agrupación proselitista, esa que languidece y que estuvo a segundos de morir en 2011, está a punto de colgar los tenis.