Mario Estrada, el cacique de oriente planeaba, según investigaciones de la DEA, matar a dos adversarios para incrementar sus posibilidades de ganar la presidencia. ¿Serían suficientes para llegar a un balotaje?
Desde 2007, Estrada intenta sin éxito alcanzar la presidencia de la república. El candidato de la ruedita de colores tuvo su mejor incursión en 2011, cuando quedó cuarto y alcanzó el 7.68 por ciento de votos válidos y su partido obtuvo 14 escaños en el Congreso de la República.
Cuatro años después terminó noveno, con poco más del 3 por ciento de los sufragios válidos, y su partido alcanzó solo 6 escaños en el Organismo Legislativo.
Aparentemente, el caudal electoral de Estrada estaba condenado a decaer vertiginosamente. Sin embargo, el candidato aún tenía un importante número de simpatizantes en el oriente del país, que le permitía cierto margen de negociación con otras fuerzas mayoritarias.
De hecho, es un secreto a voces que él es quien nombra al gobernador de Jalapa, departamento donde es originario. Además, su poder local le ha permitido disponer de plazas en el área de salud, en la Dirección Departamental de Salud y otros cargos en dependencias públicas. Además, ha logrado interferir en la asignación de recursos para el listado geográfico de obras a favor de su departamento.
Para algunos jalapanecos, el poder cacique de oriente parece molestarles. El malestar va desde la forma arbitraria con la que cierra algunas calles para realizar celebraciones como la del Día de la Madre, hasta la manera en que su hijo, Mario Estrada Ruano, actual alcalde de Jalapa, dispone de plazas municipales con personal poco calificado. Algunas medidas del jefe edil, como el incremento por el servicio del agua y la luz, han hecho que algunos sectores sociales se pronuncien con marchas e interrupciones con pancartas en alguna que otra inauguración de obras.
Unos a favor y otros en contra
La dinastía Estrada ha logrado tener un buen número de simpatizantes dentro de ellos, algunos líderes religiosos que han aplaudido públicamente las obras por el departamento. Durante estas semanas, muchos salieron a defender al presidenciable de las supuestas “falsas acusaciones”, mientras que sus hijos hacían público que pronto regresaría para adueñarse de la presidencia de Guatemala.
Entre memes y oraciones publicadas en Facebook, la polarización es evidente. Algunos extrañarán saludar a Mario Estrada durante el desfile hípico y otros no.
Lo que sí es cierto es que las posibilidades del cacique de oriente, de acceder como mínimo a una segunda vuelta, ahora lucen en el papel muy lejanas. Los últimos resultados electorales reflejan la pérdida de simpatía en todo el país. En ese contexto, si Estrada quería acceder por primera ocasión a un balotaje, tendría que haber planeado eliminar a muchos más candidatos. ¿A cuántos? Al menos a diez, no menos.
Y usted, ¿qué opina?