Ojalá algún día dejemos de tener estas semifeudales discusiones. Algún día espero que todos los seres humanos podamos reconocernos como iguales, a pesar de esas frívolas diferencias y sin importancia como la etnia y el color de tez.
La reciente nominación al Premio Óscar como Mejor Actriz de Yalitza Aparicio sacó de nueva cuenta a flote el insensato sentimiento de superioridad que algunos experimentan; desde luego, sin ningún fundamento científico alrededor de pertenecer a determinado grupo étnico y a ser claramente más vulnerables a las quemaduras del sol, lo que en todo caso debiese percibirse como una clara desventaja. Así es que muchas personas aún se creen mejores por tener un color de tez más claro, tener una ascendencia anglosajona u europea.
Esto se puso de manifiesto con la indignación suscitada tras la nominación de Aparicio como candidata a Mejor Actriz. Ella fue la primera mujer indígena que peleó por ganarse la famosa estatuilla. Increíblemente muchos de sus compatriotas y colegas, en vez de alegrarse por tal hito, se refirieron al tema de manera peyorativa.
El actor Sergio Goyri, quien hizo alarde de su pobreza mental, dijo que se trataba de una “pinche india” que a lo largo de la cinta Roma, ganadora al Óscar como Mejor Película Extranjera, se había limitado a decir: “Sí señora, no señora”. Otras actrices se sumaron a las descalificaciones y aludieron el refrán: “La suerte de la fea, la bonita la desea”. Con indignación leí algunos artículos de prensa, que hacían mención de estas descalificaciones. La noticia “imposible” de que a una “india” sin trayectoria se le nominara, no solo causó un injustificado rechazo, sino que hizo que revistas de “renombre” modificaran burdamente el color de piel de Aparicio para hacerla parecer menos morena de lo que es.
Es lamentable que en pleno siglo XXI aún algunos grupos, en una clara convulsión de parálisis intelectual, sientan que existe la superioridad racial y que esta se puede definir con algo tan absurdo como el color de piel. Claramente, esta estéril discusión no es ajena a nuestra realidad.
De hecho, el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española tiene una acepción peyorativa para la palabra “indio” en Guatemala. Quizás en muchos años logremos despojarnos de esas capas superficiales y falsas que nos hacen sentir superiores a otros. Y usted, ¿cómo se sintió con este tema?
La nominación de Aparicio abre brecha a otras actrices.