Marco Antonio Dorigoni es la mente creativa detrás de los juegos Metta. Su historia comienza con el nacimiento de su hija mayor: Claudia, quien lo inspiró para crear la marca que hoy tiene más de 130 juegos educativos en el mercado.
Recuerda que como padre primerizo quería darle la mejor educación a su hija mayor, entonces le empezó a comprar algunos juegos en una tienda que se llamaba “La Casita”, varios de ellos eran importados de España y Alemania.
Una tarde mientras jugaba con Claudia al dominó se dijo a sí mismo: “Esto se puede hacer aquí en Guatemala” y mientras la vida lo llevaba a trabajar en una fábrica de botellas y una de cosméticos se dio a la tarea de fijarse detenidamente en el proceso de impresión que ambas empresas implementaban.
Marco Antonio es bachiller en dibujo de construcción, y como parte de un todo logró fundar Juegos Metta gracias a su interés por los colores y el diseño.
Su primer juego se llamó: El dominó de las vocales, mientras sostiene la caja, recuerda cómo lo hizo: a mano y sin ninguna ayuda digital.
Cada caja que lleva el sello de Juegos Metta tiene si historia, por ejemplo ¡BASTA! Es un juego que salió de las aulas de las escuelas o Bancopoly que es una adaptación del Gran Banco de Costa Rica.
Cada juego también tiene un propósito. “Por ejemplo el juego de memoria de asociación permite al niño reconocer las figuras pero no como iguales sino como complementarias por ejemplo se debe buscar el pollito y el huevo, el policía y el ladrón” explica.
Mímica, Basta, Lupa, Sin palabras, Lotería, Dominó, Memoria de los opuestos y más de 30 diseños de rompecabezas son algunos de los 130 juegos que se pueden encontrar en el mercado regional centroamericano y del caribe. También en Uruguay y Paraguay.
La idea de fabricar algunos juegos nace de la unión que tiene la familia Dorigoni Sanchez, son seis hijos fruto del matrimonio de Marco Antonio y Miriam quien los dejó hace unos años.
“Una noche estábamos bromeando con mi hijo y yo le dije: “mi intindisti li qui ti diji” empezamos a hablar con todas las vocales: “mu dujustu lu quu tu duju”, cuenta. Ese día nació la idea de hacer un juego que se llamaría: Carcajajajajadas.
“Este tipo de diversión permiten a las familias estar juntos y recuperar el cara a cara que a veces perdemos por la tecnología” dice Dorigoni.
Sin embargo Juegos Metta ve hacia el futuro y piensan innovarse con plataformas web y digitales que les permitan ser competitivos en el mercado actual.
En cada cajita las familias encontrarán diversión y algunos versículos de la Biblia. “Con el paso del tiempo toda la familia se hizo cristiana y decidimos, como parte de una filosofía de la empresa, colocar dentro de cada juego algún mensaje bíblico y hemos sabido de buenos testimonios de personas que les ha llegado el mensaje”, explica Marco Antonio.
Claudia, la hija y hermana mayor de la familia Dorigoni Sánchez también murió hace algunos años. Su legado queda en el corazón de cada uno de sus hermanos que se involucran ahora en la empresa familiar. También en el corazón de su papá quien la recuerda como la que lo inspiró para llenar de juego y diversión a las familias guatemaltecas.