Mis intentos para contactar al “curandero” Juan López, recientemente denunciado por Juan José Morales en su blog, no dieron resultados. El silencio de ambos se apoderó de mi correo. Sin embargo, creo que ha llegado el momento de concluir esta serie de relatos de investigación y dar a conocer mis conclusiones para quienes han seguido conmigo este caso cibernético por meses.
El poder de internet
Es increíble cómo ahora, a través de internet, puedes profundizar tanto partiendo de algo tan corto. En otras palabras, cómo un mensaje anónimo en una entrada del blog me llevó a toparme con una red de “curanderos cibernéticos” que compartían características de atracción de clientes muy similares y que, de alguna manera, han logrado posicionarse en el mercado. Increíble como a partir de ese mensaje, pude platicar con Javier Urías y desenmarcarar una experiencia muy interesante, con una “hechicera online” que predijo su futuro y pudo ver su pasado sin siquiera tener contacto físico. Es sorprendente cómo la denuncia de Juan José Morales en su blog y la respuesta del “curandero” Juanca López fueron clave para comprobar que, en efecto, hay mucho fraude y engaño en la mayoría de estos casos de “ayuda mágica digital”. Además, la carta escrita por el Presidente de la Federación Europea de Reiki Profesional y Creador del estilo Reiki Combat-Reiki Jutsu, Victor Fernández Casanova, en la que alegaba que algunas personas malintencionadas habían tergiversado los efectos curativos de su producto, para ofrecer a sus clientes efectos que jamás podrían obtener y crear así una ola de indignación contra la marca, comprobaron que la “tergiversación” de conceptos y la creación de expectativas falsas con productos existentes en el mercado de la medicina natural, es una de las herramientas que utilizan los “hechiceros” para hacer que la competencia caiga y que sus poderes “generen mayor demanda”.
Las historias colaterales
Esta pequeña investigación llevó a que algunas personas me contaran sus experiencias en la red y despertó un debate en mis círculos cercanos sobre la confianza que hay que tener, o no tener, cuando se trata de lidiar con servicios prestados por alguien a quien no conocemos y sobre todo, a verificar la autenticidad de las cuentas de “usuarios fantasma” y a mapear a los famosos netcenters.
Los testimonios de curanderos “reales”
Una terapeuta que también se hace llamar curandera, escribió sobre estos “falsos curanderos” y cómo ellos interfieren con una industria de “servicio, atención y salud natural que muchas veces es desprestigiada”. Ella dijo que: “muchos falsos curanderos obtienen precisamente logros espectaculares en sus pacientes al inducir en ellos -por fe o por catarsis emocional- el efecto placebo ya que son las creencias o la sugestión envolvente del escenario en el que se realizan las sanaciones y, sobre todo, las expectativas que promueven en el enfermo las que generan la autocuración”. Esto sugiere que, quizás algunos pacientes de los curanderos cibernéticos si hayan sentido alguna mejora a su problema, pero no por magia, sino por esta explicación psicológica.
Los personajes de mis relatos
¿Quiénes fueron todos los hechiceros, pacientes y demás implicados en esta serie de relatos? Un lector sugirió que elaborara una especie de listado y me pareció una buena idea, así que aquí va:
- Dr. Oba: su poder consiste en revertir hechizos realizados por otros “magos” y devolver el amor en las parejas que se han separado. Su método de ayuda es a través de WhatsApp.
- Profeta Akpada: ayuda a que las parejas se enamoren. Se le contacta vía WhatsApp.
- Ogagakunta: su peculiaridad es que, en tres días, sus poderes surtirán efecto sobre las necesidades de sus clientes. “Experto” en relaciones. Se le contacta vía correo electrónico.
- El Doctor: un mago que trabaja en menos de 24 horas. Sus datos de contacto fueron enviados a mi correo. Ahí hay una dirección extraña y una dirección de correo electrónico.
- Profeta Odiba: no solo cura relaciones, sino que también asegura “curar enfermedades de la piel a distancia”. Se le contacta vía correo electrónico.
- Ana: la bruja que utiliza una plataforma llamada “elchat.com” en el que atrae clientes y les lee su futuro y su pasado.
- Juanca López: un curandero denunciado en un artículo de blog, por su falta de “curriculum médico” para recetar productos.
El método para identificarlos
Sin buscarlo, pero basándome en los puntos en común que todos estos curanderos, llegué a elaborar un pequeño listado de las características que la mayoría de estos “curanderos cibernéticos” tiene en cuanto a perfil digital y comportamiento. Estas son:
- Inician siempre con un comentario en tu sitio web que no tiene absolutamente nada que ver con la publicación original.
- El emisor es la persona, usualmente con nombre inglés o estadounidense, que ha sido “beneficiada” con los poderes de un mago.
- El mago pocas veces se contacta para ofrecer sus servicios, sino que sus servicios los ofrece “el cliente satisfecho” que establece la vía de comunicación con el “hechicero”.
- La historia de éste protagonista expone una problemática común: desamor y ruptura o enfermedades.
- La solución siempre es un hechicero con un nombre interesante que llegaba al rescate por dos maneras: correo electrónico o WhatsApp.
- El emisor cierra sus mensajes invitando a ponerse en contacto con el mago.
- Ningún mago tiene un perfil público en redes sociales.
Entre risas y desconciertos, agradezco a quienes hayan leído esta serie de relatos y a quienes me enviaron artículos interesantes, compartieron sus historias conmigo y fueron partícipes de esta pequeña investigación. Los mensajes siguen y el blog, al menos una vez a la semana, me notifica con un mensaje curioso, que sigue el mismo patrón y que, me invita a probar las curaciones online. El último que recibí habla sobre las “excelentes prácticas” del Doctor Jonathan Mulli.
Me imagino que me reiré de nuevo. Espero.