Una de las propuestas más recientes de Steven Spielberg, basada en un libro del mismo nombre escrito por Ernest Cline. Esta película se estrenó a finales de marzo de este año y no fue hasta hace unos pocos días que tuve la oportunidad de verla, la trama es acerca de un futuro distópico en el cual la mayoría de personas de cualquier edad se dedican a conectarse a una realidad virtual llamada “El Oasis“, en la cual se puede socializar, tener aventuras, hasta hacer dinero de verdad. Los avatares de los usuarios son de todos los tipos imaginables, desde personajes de películas y de caricaturas o la cultura pop en general, pero al perecer este paraíso virtual peligra ya que su creador (interpretado por el carismático Mark Rylance) aparentemente ha muerto, pero como todo buen fanático de los videojuegos ha dejado unas pistas escondidas en esta galaxia de pixeles de alta resolución y quien las encuentre se convertirá en el dueño de tal universo. El héroe de esta historia es un joven llamado Parzival quien a pesar de su precaria situación económica se las arregla para conectarse lo más frecuentemente posible a este mundo, este protagonista y un pequeño grupo de amigos suyos se darán a la tarea de buscar las famosas pistas para evitar que este universo de entretenimiento caiga en las manos de una (siempre maligna) corporación multimillonaria.
Mark Rylance detrás del avatar de Parzival.
Si tuviera que explicar la trama de la película con una sola frase, usando lo menos posible del vocabulario sería lo siguiente: una oda a los años ochenta. En este extraño mundo virtual Batman puede hacer una aparición breve en una montaña seguida de una carrera en donde puedes mezclar a King Kong, el DeLorean de volver al futuro y al Tirano Rex de Jurassic Park, todos en una escena llena de adrenalina y nostalgia. Esta propuesta cinematográfica nos trae una tonelada de recuerdos principalmente a los treitañeros que crecimos con todas estas cosas, El Atari, las películas de John Hughes, Twisted Sister, que son solo algunos de los tantos “guiños” que podemos apreciar en esta historia, apartándose de la insularidad del fanatismo ochentero creo que esta película puede ser apreciada por público de distintas edades.
Ben Mendelsohn quien interpreta a maligno Sorrento.
Los personajes femeninos de la historia esta muy bien desarrollados contrapuestos a los masculinos que no salen del marco establecido, refiriéndome directamente al héroe de la película quien es el adorable perdedor que triunfa y su villano quien esta excelentemente interpretado por Ben Mendelsohn pero su actuación esta desperdiciada ya que el personaje es bastante plano y nunca termina de ser completamente malo o redimirse totalmente, hay muchos personajes secundarios que logran hacer la diferencia convirtiéndose un poco más perdurables en la memoria y otros definitivamente no. Unas de las cosas que hace tan efectiva la película en rememorar estas décadas pasadas es el hecho de que fue dirigida por Steven Spielberg quien se ha dedicado a llenar nuestra imaginación con bicicletas voladoras, arqueólogos aventureros, dinosaurios y muchas cosas más. Al final del día esta es una muestra de entretenimiento un tanto exagerada, un tanto cínica, pero cumple con su cometido, entretener.
Bueno solo una última cosa ¡Iron Giant!
Uno de los tantos posters promocionales haciendo homenaje a una de las tantas películas de los ochenta que ahora son clásicos.
Imágenes de la página oficial de la película.