Esta es una frase que me quedó grabada en la memoria. Hace unas semanas en un baby shower alguien contaba la siguiente historia:
“Cuando mi médico decidió hacerme cesárea para que naciera mi segunda hija le advertí que no quería que me amarrara en el quirófano, pero me amarró”.
La capacidad de las mujeres de decidir sobre sus partos se ha opacado por años, mientras más intervenciones médicas hay menos posibilidades tienen de decidir sobre sus cuerpos y la forma en la que desean parir o vivir el momento.
He escuchado historias terribles de violencia obstétrica, no solo físicas sino verbales. “Mejor deje de trabajar porque se le puede morir su bebé”, le dijo un ginecólogo a una amiga.
O la enfermera que le gritó en el pasillo de un hospital público a otra conocida: “estúpida mi brazo, te puedo denunciar”, mientras ella se aferraba a ella tras una contracción.
También guardo en mi memoria el testimonio de una mujer que escribió en un foro de mamás preocupada y más que eso apenada porque su ginecólogo le había dado “una gran regañada” porque se embarazó antes de que su primer hijo cumpliera el año.
El poder de los ginecólogos
Creo ciegamente en el poder de la medicina sobre las mujeres. De salvar una vida mediante una cesárea cuando no se puede un parto natural. Pero estoy en total desacuerdo en aquellos que mienten o que usan su título para decidir sobre un cuerpo que no es suyo.
Conozco a un ginecólogo que todas sus pacientes se quedan sin líquido en la semana 37, para él insistir en el mismo argumento en esa etapa del embarazo le asegura una cesárea, no solo donde puede cobrar más sino donde puede acomodar su horario.
Mi parto, mi cuerpo
Las invito a buscar alternativas de decisión sobre sus cuerpos durante su embarazo y parto. Esto incluye, decidir si así lo desean que se les practique una cesárea. Es impórtate que junto con su equipo médico puedan decidir sobre ese momento, tan importante para nuestra sexualidad femenina.
No permitan que les corten la ilusión de ese primer encuentro con sus hijos, que respeten sus procesos físicos y emocionales en los que viven.
Por favor, no permitas que te griten, que te hagan sentir mal, que te amarren, que te mientan.