Colaboración de: Juan Carlos Garrido
Leyendo en redes sociales un artículo publicado en un medio escrito de circulación nacional, me di cuenta del grado de ignorancia de muchas de las personas que respondieron a dicha publicación.
A grandes rasgos, el artículo hace mención que nominalmente en Guatemala solo existe un 2.2 por ciento de desempleo, según las estadísticas. Pero, esto es debido a que muchas personas se orientan al comercio informal. Otro grupo considerable de personas ha pasado a ser “desempleados inactivos” puesto que ya no busca trabajo por varios motivos, entre los cuales puedo mencionar: salarios bajos, alta tecnificación y titulación, nula experiencia y conocimientos afines, antecedentes manchados, entro otros. Estos últimos, ya no se toman en cuenta para los registros estadísticos, pero no dejan de ser una situación existente en el país.
Más allá de esto, el punto central de mis líneas, es el hecho que muchos de los comentarios expresados hacia ese artículo en Facebook, demostraban que no se habían preocupado en leerlo y comprender los argumentos del autor.
Gente que se centraba en decir: “esto es mentira”, “están mal informados”, “gente más ignorante la del artículo, no conocen la realidad nacional”. Para mí, es preocupante que gente que no tiene la capacidad mental de leer un artículo de 5 minutos, en donde en 10 líneas de una pantalla de Smartphone te expliquen esto, ande comentando sin entender las ideas. Esto, es el reflejo de una sociedad guatemalteca que sigue rezagada en educación, en la falta de comprensión de las ideas, en una “flojera” por leer, en mantener aletargada a la mente.
Señores, podemos o no estar de acuerdo con las ideas de otros, pero por lo menos, hay que esforzarse para entender lo que dicen los otros. En caso contrario, no dejamos de ser ignorantes prejuiciosos, carentes de argumentos y basados únicamente en sustentos pasionales o emocionales.
Todos queremos una Guatemala mejor, pero mientras sigamos en esa actitud tan particular, no podemos exigir nada más. Tenemos que empezar a leer, a pensar, a analizar, a ser críticos con nosotros mismos y con la sociedad que vivimos. Esto es más una reflexión sobre esas situaciones que evidencian que nos aferramos a ser ignorantes, no por falta de estudios, sino por falta de dedicación a superarnos en lo más mínimo.
A todos, les invito a que leamos y pensemos. Es un proceso lento, pero necesario”.