Muchos te dirán en el transcurso de tu vida que repetiste la ropa de tu hermana, que nunca saliste sola en una foto y que no fuiste tan consentida como ella. Algunos asegurarán que todo eso ha marcado tu personalidad.
Algunos psicólogos hasta se atreverán a etiquetarte como “la hija rebelde e incomprendida” la que se siente desconcertada y que no tiene la mínima oportunidad de gozar del protagonismo del primogénito.
Los artículos que aparecen en internet describiéndote me parecen crueles, dicen que los segundos hijos suelen ser los más olvidados de la familia y que por eso son más fuertes, ¡qué absurdo! No hagas caso a eso por favor. Entonces, concluyen los expertos, las circunstancias que vivirás te harán con una personalidad fuerte y peculiar.
Algunos artículos aseguran que si quedas atrapada entre tu hermana mayor y otro menor que tú muchas veces les costará sentirse amados
Por favor, no hagas caso a esos artículos absurdos. Esta es nuestra historia:
La maternidad es dura, cuando nació tu hermana me sorprendí de lo capaces que somos los seres humanos a dar sin la menor gota de egoísmo y sin importar cualquier sacrificio. Ser padres es entregarlo todo, desde las energías hasta el dinero para forjarles un mejor futuro.
La maternidad es muy dura, tanto que en algún momento me plantee quedarme con una única hija. Pero pudo más el amor por ti y la fuerza que sale de nuestro interior para querer tener tu sonrisa con nosotros.
El valor que tiene la decisión de tener un segundo, tercer o cuarto hijo es mucho más valioso que la decisión de tener el primero.
Eres y serás igualmente amada que tu hermana, y con una ventaja: te espero con una maternidad más informada, más segura, más dispuesta a dar. Porque ya lo he vivido y sé que será maravilloso.
Cuántas cosas he leído de ti mi segunda hija, sobre los augurios de los “expertos” que determinan subjetivamente cómo será tu vida y tu personalidad.
Pero nadie habla de lo que siente una madre y de la ilusión que causa tener el primer hijo, el segundo o el tercero.
Si repites ropa o no, es lo de menos. Tendrás hermosos recuerdos cuando en las fotos retratemos los momentos en la familia que nos hemos convertido gracias a ti.
No dejes que nadie te etiquete porque eres la segunda hija. Cuéntales nuestra historia de amor, siéntete amada porque así ha sido.
No dejes que nadie te diga que eres insegura y que seguramente mereciste más atención.
En este momento, mientras te mueves en mi vientre deseo profundamente tenerte aquí con nosotros.