El dormir bien es fundamental para la habilidad cerebral de aprender y recordar. Mientras uno duerme, un sin número de procesos se llevan a cabo en el organismo y la falta de sueño puede causar problemas de hipertensión, obesidad, diabetes y la capacidad del cerebro de crear nuevos conocimientos y retener información.
Un ejemplo clásico de esto último: desvelarse por estudiar todo una noche antes del examen y al llegar a la prueba, “quedarse en blanco” de lo que horas antes podías repetir como loro amaestrado. Al no dormir lo adecuado, no solo amaneces más cansado si no que tu mente no esta clara, tu atención quien sabe a donde se va, tu juicio para tomar decisiones se ve afectado negativamente y las habilidades motoras finas se ven comprometidas.
Los mecanismos de acción de como sucede esto todavía están siendo investigados. Sin embargo un estudio reciente encontró que ratones privados de sueño mostraban pérdida de conectividad de las neuronas en el hipocampo (parte del cerebro asociado al aprendizaje y a la memoria).
Se cree que la falta de sueño afecta el proceso de aprendizaje y memoria de dos formas:
- impide que la persona se enfoque y aprenda de forma eficiente
- el dormir es necesario para consolidar un dato o información que posteriormente se puede recordar en el futuro.
En términos sencillo, después de un desvelo es más difícil que tu cerebro “grabe” un conocimiento nuevo y será más complicado que encuentre el archivo de algo que ya guardaste en el pasado. Y a largo plazo, va olvidando lo que ya sabia por deterioro del cerebro (esto último mucho mas común en el adulto mayor).
Respecto a como la privación de sueño puede afectar el juicio de las personas, un estudio mostró que participantes que dormían menos de lo recomendado para su edad, tenían mayor probabilidad de pensar que estaban en lo correcto, cuando la realidad es que estaban equivocados.
¿Cuántos niños y adultos son diagnosticados con Síndrome de déficit de atención e hiperactividad? Muchos. Pero varios de los casos tienen un origen en la falta de sueño (no dormir suficiente o tener una buena calidad de sueño), lo que resulta en incapacidad de poder enfocarse y retener información. Yo soy una de estas personas. En mi caso, cuando no duermo bien o no sigo las recomendaciones para tener una buena higiene del sueño, mi déficit de atención se dispara de forma inmediata. Me cuesta mucho sentarme a hacer una tarea específica sin distraerme por cualquier cosa cada 5 minutos. Parte de mi “tratamiento” es respetar mis horarios de sueño (especialmente el de la hora de acostarme) y la técnica de respiración 4 – 7 – 8 que compartí en mi relato anterior.
El dormir poco o mal es un problema de la sociedad moderna que tiene consecuencias severas sobre la salud, bienestar general y función cerebral. “Dormir es de débiles” decía un amigo cuando estábamos en épocas universitarias. Pero a los 25 no sabemos la factura que la vida empieza a pasar a los 30. Y a los que gozan aun de la juventud (divino tesoro), solo piensen en el impacto que el no dormir esta teniendo en su desempeño académico.
Pero no todo son malas noticias. Otros estudios han mostrado que tras una noche de buen sueño nocturno, el desempeño y la memoria de los participantes mejoraba. Así que una vez más, les recomiendo que le pongan un poco más de atención a sus hábitos de sueño. La mayoría de respuestas a sus problemas y remedios a sus males esta en 7-8 horas de sueño reponedor y restaurador.