Si tuviéramos que calificar la actuación del equipo de Municipal en escala de 1 al 100, el cuadro carmesí saldría reprobado con 42 vergonzosos puntos. La cifra se obtiene analizar la cantidad de puntos posibles y compararlos con los obtenidos.
El equipo edil disputo 22 partidos con los que se jugó 66 puntos, de los cuales solo obtuvo 28, lo que equivale al 42% de los posibles. Los carmesí ganaron apenas 8 partidos, perdieron la vergonzosa cantidad de 10 y empataron en cuatro ocasiones.
Los rojos fueron incapaces de encontrar su fútbol a lo largo del torneo perdieron a partida doble, en casa y de visita, con Cobán Imperial, Antigua, contra un Siquinala que peleó por no descender hasta la última fecha y por supuesto contra el líder Sanarate quien lo humilló en el último juego y lo sacó definitivamente de la competición. A pesar del mediocre certamen de Municipal, el equipo tuvo la opción de calificar a la fase final el domingo.
Todos los escenarios que debían conjugarse para que los rojos calificaran sucedieron: Comunicaciones perdió en casa y Xelajú perdió con un Siquinala que tenía dos luchas simultaneas: mantener la categoría e intentar calificar a la hexagonal. Ambos resultados se le concedieron.
Municipal tenía que ganarle al líder y ese escenario era el realmente difícil. A juzgar por la necesidad de Siquinala y por el mal fútbol del archirrival escarlata, las combinaciones podían resultar, pero antes de especular el subcampeón tenía que sacar los tres puntos. No pudo y no estuvo ni cerca de hacerlo.
Un agrandado Sanarate hizo quedar en total ridículo a uno de los más ganadores del fútbol nacional, los carmesí lucieron perdidos en la cancha, sin ideas, sin ganas, sin coraje, con complejos y desde luego sin fútbol.
Torneo para el olvido
En conclusión los números del equipo rojo son para el olvido, solo cuatro equipos le arrebataron 24 puntos a un Municipal a quien nadie respeta y que solo pudo ganarle en partida doble al descendido Marquense y un mediocre Petapa que incluso terminó el torneo una posición por arriba.
Solo, el tampoco clasificado Comunicaciones, Marquense (descendido), el penúltimo Malacateco, Suchitepéquez (también descendido) y Petapa no pudieron ganarles a los rojos ni una vez en el torneo.
Municipal atraviesa un pésimo momento futbolístico, producto de la poca visión de una directiva mediocre que se ha dedicado a hacer contrataciones caras de jugadores que llegan en el ocaso de su carrera y que desde luego no tienen ningún amor por los colores. Los rojos, de la mano de un estratega quizás más mediocre que su plantel, terminaron novenos en un de por si precario y poco competitivo torneo de fútbol.
¿Qué hemos hecho los aficionados para ver un equipo tan mediocre que ni siquiera se esfuerza un ápice por salir del fango en el que se encuentra?
Claramente estos pésimos resultados son completa responsabilidad de una directiva que se olvidó que Municipal es un grande, que parece esforzarse por hacerlo ver pequeño, que se empecina en comprar malos jugadores, en lugar de formar los propios.
Este desastre de Municipal es culpa de esa directiva que solo lucra con el equipo y que lo ha convertido en pequeño, que empieza a acostumbrarse a llegar a la última fecha con un rosario en una mano y una calculadora en la otra.