Cuando en un grupo de whatsapp recibí el video del #insultoaJimmy, pensé, quien lo insultó tiene una mezcla explosiva y peligrosa de valentía e imprudencia.
Valiente porque se necesitan agallas para enfrentar al presidente rodeado de la Secretaría de Asuntos Administrativos y de Seguridad –SAAS– e imprudente porque insultarlo a escasos metros rodeado de sus guardaespaldas definitivamente no es la idea más sensata del mundo.
El presidente de la República ha manifestado en varias oportunidades que no es la persona más tolerante a la crítica. Es más, se ha ganado a puro pulso una reputación de intransigente.
Ejemplos hay variedad: declarar non grato a Iván Velásquez porque presentó un antejuicio en su contra, llamar pasquín a uno de los periódicos de mayor circulación en Guatemala, levantarse en medio de una entrevista en un programa que se transmite en vivo y la lista es larga.
El dignatario claramente no acepta la crítica, ni agresiva, ni sumisa, ni destructiva ni constructiva, ni de ninguna naturaleza. Más bien es una persona con un perfil colérico y agresivo.
Seguro que la mayoría de los guatemaltecos vio el video y no sé a ustedes pero a mí me entra la incertidumbre de por qué el presidente insultado es totalmente diferente al descrito en los párrafos anteriores.
¿Tolerancia ante la crítica o montaje?
Su actitud no fue similar a la que tuvo cuando intentó expulsar a Iván o cuando se levantó del set de televisión. ¿A cuál de todas las actitudes coléricas se pareció la reacción de Jimmy después del insulto?.
Por supuesto que no tengo ningún elemento de prueba para sugerir lo que pretendo, no digo que sea verdad sobre piedra, pero podríamos considerar que el “ataque” a Jimmy fue un burdo montaje. Algunos piensan que lo hizo para victimizarse, desviar la atención o simplemente para mostrar a un presidente más “educado” que confrontativo.
Ahora pensemos lo contrario, si realmente se debió a un grito desesperado de un ciudadano harto de la actitud y los abusos del presidente considero que la conducta del intrépido y valiente personaje es discutible. No me golpearé de más el pecho, porque seguramente muchos han insultado al dignatario en lo privado, pero diré que no comparto la forma, aunque evidentemente sí el fondo.
Montaje o no, los guatemaltecos debemos estar atentos a lo que sucederá en los próximos días y meses. Algunos líderes de opinión han sugerido que estamos a las puertas de otra crisis de Estado.
Es evidente que desde que Jimmy Morales asumió la presidencia nos hemos encontrado en una constante crisis institucional, fomentarla y hacerla más grande está en sus manos.
A nosotros nos queda la plaza que agonizó con el olvido que nos caracteriza, quizá nos queda revivirla pero que los gritos y las banderas transciendan y nos lleven buscar una actitud más crítica y a proponer cambios reales para el país. De lo contrario será pura catarsis, que no es malo hacerla, pero nos conducirá irremediablemente al desacierto, ese que nos obliga a llenar plazas y a exigir la renuncia de nuestros presidentes. Veremos que pasa.