Guatemala
23 de abril de 2018
En lo que constituye un acto de contrición admirable, “Lirol Payaso Aráknido”, quien fue sorprendido vapuleando a su primo con una llave de chuchos como parte de una disputa por un negocio de narcotráfico, reconoció “haber vapuleado a mi primo con una llave de chuchos como parte de una disputa por un negocio de narcotráfico”. “Pido disculpas a mi primo y a nuestro negocio de narcotráfico que tenemos juntos”, agregó.
Es importante apreciar que “Lirol Payaso Aráknido”, al ser capturado golpeando reiteradamente a su primo en la espalda con el mencionado utensilio metálico, mientras este se encontraba cambiando una de las llantas del automóvil robado en el que se conducían, en ningún momento negó el haber golpeado a su primo reiteradamente en la espalda con un utensilio metálico frente al automóvil robado en el que se conducían. Sin duda, el haber dado un paso al frente y reconocerlo no es fácil, y habla de la dignidad y valentía de “Lirol”.
Según el negociante, las acciones respondieron al momento histórico de crisis de confianza que existía en su microempresa, es decir, el descubrir que su primo se había quedado con nueve paquetes de cocaína, los cuales había vendido por su parte y sin avisarle.
El entusiasta coleccionista de autos, indicó que como guatemalteco está “dando la cara y asumiendo cualquier responsabilidad que hubiere y consciente de las consecuencias de la decisión personal de haberle dicho a mi primo que la llanta quizá se había pinchado al pasar por un hoyo, con el único fin de que este se agachara y entonces atacarlo de manera montaraz con la llave de chuchos, reconociendo con humildad que, sin saberlo, en estas acciones cometí errores”.
El noble gesto de “Lirol Payaso Aráknido” tiene un enorme significado, pues en adelante nadie podrá declarar ignorancia respecto a si es correcto o no traficar cocaína en un vehículo robado y después propinarle una zurra a un miembro de tu familia haciendo uso de una herramienta automotriz.