Así continúa la historia de nuestro personaje de las películas. De trabajo en trabajo, viviendo en Nueva York, en un momento en el cual la indocumentación no existía como concepto en Estados Unidos. Luego del hotel, empezó a trabajar en los muelles del Estado, me cuenta que era un trabajo pesado, incómodo y uno que nunca disfrutó realmente. Su puesto no era específico, limpiaba y pintaba barcos, los cargaba y los descargaba, lo que fuera para ganarse el pan. En ese entonces, vivía en un edificio antiguo y deteriorado en la tercera avenida, una vivienda que se describe como “piso con agua fría”. Como él, 22 hombres solteros compartían su situación en este edificio, bajo el mismo escenario económico, luchando por sobrevivir. era lo que podía describirse con una vivienda: sin aire acondicionado en los terribles veranos neoyorquinos, ni agua caliente en las nevadas. Fue entonces, cuando realizó que algo debía cambiar y que esto no era sostenible por un largo período de tiempo, su realidad tenía que mejorar.
Repentinamente, en 1950 estalla la Guerra de Corea y Byron es reclutado por el ejército americano sin opción de negarse a esta peculiar oferta de trabajo. Durante esta guerra, se reinstauró en Estados Unidos la obligatoriedad de prestar servicios militares, la cual duro 20 años hasta la Guerra de Vietman. Sus únicas opciones eran abandonar el país para siempre, como un desertor, y enfrentar en Guatemala al checo que velaba por su cabeza o enlistarse en el ejército y tener la seguridad de un techo y una comida. Byron, con todo el temor del mundo, pero con poco que perder, se enlistó en el ejército e inició su entrenamiento para volverse soldado de infantería. Días duros acompañarían esta radical decisión, que sin quitarle la vida, le iba a dar experiencias que lo iban a acompañar el resto de sus días.
A los tres meses le llegó un boletín, los soldados que quisieran enlistarse a paracaidismo podrían ganar dos dólares por salto, mientras él actualmente hacía aproximadamente un dólar al día. sin pensarlo dos veces y con mucho valor se trasladó al batallón de paracaidistas. Nunca se me va a olvidar el miedo que cuenta que le dio su primer salto. Byron sirvió al ejército de Estados Unidos en Corea durante tres años. Realizó múltiples saltos, experimentó el combate, la dura realidad que esto representa. Actualmente. todavía sufre de las pesadillas que le causó estar cara a cara con la muerte de tantas personas, sintiendo que esa situación era totalmente ajena al resto del mundo. Fue herido dos veces por bayonetas, lo cual hizo que le otorgaran dos Corazones Púrpura como premios al valor en el combate. Nuestro personaje tuvo vivencias sumamente fuertes durante su tiempo en la guerra, cosas que lo han perseguido por el resto de su vida, como el haber cargado durante dos días a un compañero caído con la esperanza de que lo logrará, sin que este tuviera ya un aliento de lucha que dar.
Durante esta aventura, Byron cayó como prisionero de guerra de los coreanos y a su suerte, una bomba norteamericana proveniente de un destructor en el Pacífico destruyó la pared de la celda en la que estaba preso con varios de sus compañeros. Viendo la increíble oportunidad que esto representaba, los prisioneros se escaparon en la noche a la desconocida jungla, pasaron varios días hasta que pudieron encontrar territorio aliado. ¿Se imaginan esa barbaridad? Encontrarse totalmente perdidos a millones de kilómetros de casa, preguntándose por qué tuvieron que haber caído ellos en ese infierno. Luego de su rescate, Byron fue trasladado a un hospital en donde se recuperaría, uno sin muchas medicinas y muy diferente al hospital en el cuál hoy se encuentra luchando por sobrevivir, una vez más. Es en ese hospital, donde inició su siguiente aventura, la tercera parte de una vida casi inimaginablemente certera.
Sin embargo, para mí todas estas solo eran historias que contaba este señor mayor que me quería mucho y con el que yo compartía mucho de chiquita. Hoy, es para mí un privilegio, poder ser la persona que inmortaliza su vida en un personaje, que a pesar de parecer ciencia ficción vivirá siempre en nuestros corazones como el hombre que lo hizo todo con el tiempo que le han prestado en este mundo pasajero. Espero puedan encontrar en estos relatos, una entretención en la curiosidad de esta historia, sabiendo que aunque solo sea el lugar donde nacieron, todos compartimos algo con esta extraordinaria persona.