Me comeré mi placenta después del parto imagen

Todos los mamíferos se comen su placenta después del parto. Los seres humanos somos un poco más delicados pero también somos mamíferos, comérsela no suena tan descabellado.

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Todos los mamíferos se comen su placenta después del parto. Los seres humanos somos un poco más delicados pero también somos mamíferos y comerla no suena tan descabellado.

La placenta es un órgano maravilloso que relaciona estrechamente al bebé y su mamá durante casi nueve meses. Satisface todas sus necesidades de respiración y nutrición.

De acuerdo a varias fuentes, ingerirla reduce el dolor post-parto, fortalece los lazos entre madre e hijo, reduce la posibilidad de padecer depresión post parto y ayuda a la producción de leche materna. A esta práctica, cada vez más común, se le llama placentofagia.

De acuerdo a los estudios que se han hecho, la placenta contiene altos niveles de prostaglandina, que estimula la involución del útero. También contiene oxitocina que calma el estrés después del parto y causa que los músculos y las glándulas mamarias se contraigan para extraer la leche.

Kim Kardashian causó revuelo cuando publicó  la forma en la que se había comido las placentas de sus hijos:  “Deliciosa placenta” escribió. Mientras que las redes sociales ardían en comentarios a favor y en contra.

En Guatemala esta práctica cada día es más común y hay un par de centros naturistas que ofrecen este servicio.

¿Cómo comérsela?

¿Se lo imaginan?, un pedazo de placenta a la boloñesa o un batido de placenta para la refacción. Existe un libro publicado en Estados Unidos donde comparten varias recetas de cocina específicamente para preparar este órgano. Aunque esta práctica cada día está más de moda son muy pocas las que se animan a comérsela guisada o en estofado.

Pero no se asusten, no me la voy a comer en recado. La forma más común para ingerirla es en cápsulas, después de que se haya sometido a un proceso de deshidratación.



La forma más convencional de ingerir la placenta es deshidratada y en cápsulas. 

Me encanta contarles a mi círculo familiar y social que me voy a comer mi placenta y ver cómo se escandalizan, entiendo que suene como algo salvaje.

Cuando les explico la forma en la que se hace y al proceso en la que será sometida la placenta algunos dejan de sentir asco.

En algunos archivos que encontré el Dr. Sergio Sanchez, máster en nutrición por la Universidad de Canarias escribía que la placenta contiene hormonas que producen efectos muy beneficiosos en la madre que acaba de dar a luz.

También contiene una hormona llamada lactógeno placentario humano que estimula la producción de leche materna.

En Guatemala existe algunos centros que dan este servicio. Pedir tu placenta después del parto es posible o debería serlo con cualquier ginecólogo o centro hospitalario. Al fin y al cabo es tuya. 

 Yo me la voy a comer y ¿Ustedes? ¿Se animarían?. 

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