Más de dos meses de que Nueva Zelanda empezara las medidas para contener el COVID-19, se ha convertido en ejemplo para el mundo al anunciar que ya no cuentan con pacientes infectados con el virus en sus hospitales.
Desde el 22 de mayo el país ya no registra nuevos contagios y a pesar de que algunos calificaron de extremadamente estrictas las medidas de control sanitario, en ese entonces, la primera ministra, Jacinda Ardern, ordenó el confinamiento de los pobladores desde finales de marzo. Esto demostró que fueron necesarias para frenar el brote, que dio resultados exitosos y permitió que se empezaran a reabrir escuelas y comercios en Nueva Zelanda.
Las medidas preventivas continuarán, ya que el país mantendrá el distanciamiento social y en estado de alerta en nivel 2. También asignaron un presupuesto de US$22.9 millones para desarrollar y producir una vacuna contra el virus.
Actualmente, Nueva Zelanda solo tiene 21 casos activos de COVID-19, 21 fallecidos y 1504 casos registrados, de los cuales 351 son catalogados como “probables”. A pesar que ya llevan 5 días consecutivos de no reportar nuevos casos, el país tendrá que esperar 4 semanas más para poder declararse libre del virus.
Fuente: France 24, El Comercio.