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Durante las elecciones pasadas buscó ganar la alcaldía de El Estor Izabal y para lograrlo abanderó el discurso de la invasión de fincas y la conflictividad social. Pero, sus aspiraciones políticas, así como la idea de convertirse en sacerdote, se vio frustrada tras un rotundo no de los pobladores, quienes le negaron su voto. Sin embargo, su activismo radical y proceder violento, hoy se valió de la crisis del COVID-19 para infundir miedo y destrucción en una zona a donde pocos se atreven a llegar.

Luego que 1 mil 305 votos le dejaran fuera de la comuna de El Estor, José Antonio Ichich, excandidato del partido CREO, volvió a las andadas. Esta vez, y luego de su fatídico intento en la política, regresó a lo que mejor conoce “la agitación social para obtener beneficios económicos”. Ichich y un grupo de 200 personas aprovecharon la crisis sanitaria para invadir y quemar partes de una finca en Izabal.

Al mejor estilo de los extorsionistas, la amenaza llegó al mediodía del 19 de enero por la vía de un mensaje de WhatsApp. En él, su emisario advertía sobre las consecuencias que no ser atendido traería. “Esta semana lanzaré más de 8 mil personas a bloquear o talar las palmas”, escribió en tono amenazante. El recipiendario del mensaje, un encargado de relaciones comunitarias entre la empresa NaturAceites y los vecinos de la localidad, no lo podía creer. El emisor, era nada más que el derrotado candidato a alcalde, Antonio Ichich.

Desde ese día, Ichich comenzó a fraguar un plan para cumplir sus amenazas. Y no fue sino hasta la llegada del COVID-19, que el escenario estaba listo para que el aspirante a sacerdote actuara. La mañana del 14 de mayo, Ichich y un pequeño grupo de seguidores, entraron por la fuerza a las instalaciones de la finca. Machetes en mano, palos, piedras y cuchillos les sirvieron para someter a los trabajadores de la plantación, además de la fuerza que venía con los números.

A su paso, quemaron, cortaron y destruyeron plantaciones. Luego comenzaron a levantar sus viviendas, a la sombra de las palmas que sobrevivieron al ataque. Y hoy, plantados en las instalaciones de la finca, aseguran que nadie los sacará de allí. Mientras, los trabajadores de NaturAceites temen volver a sus labores por las amenazas que Ichich y sus seguidores les han hecho. “Si vuelven a trabajar o tratan de sacarnos, se las van a ver ustedes y sus familias”, les dijo el excandidato, asegura un colaborador de NaturAceites.

Pero las operaciones de invasión en el área, como la que lideró Ichich la semana pasada, son un fenómeno recurrente en el sector, afirma un personero de la empresa. “No es coincidencia que los invasores traten de apoderarse de terrenos aledaños a pistas de aeronaves”, sostienen comunitarios de la región. En 2016, una situación similar se vivió en la finca Panacté, que también cuenta con una pista aérea, cuando un grupo de invasores tomó las instalaciones por la fuerza y sometieron a los trabajadores. Días después, la PNC realizó el decomiso de un cargamento de droga en una avioneta que aterrizó en la pista invadida.

En 2018 las autoridades interceptaron una avioneta cargada con droga en el área de Izabal. 

“Los invasores pareciera que buscan terrenos que estén cerca de pistas aéreas”, líderes comunitarios que tienen miedo a declarar en contra de las invasiones.

Izabal en el corazón de las rutas del narco

De acuerdo con el Ejército de Guatemala, Izabal forma parte de los ocho departamentos que las operaciones del trasiego de drogas utilizan para llevar cargamentos a los Estados Unidos. En 2019, un total de 53 aeronaves fueron interceptadas o descubiertas en los departamentos de Petén, Quiché, Escuintla, Zacapa, Alta Verapaz, Retalhuleu, Jutiapa e Izabal, las cuales llegaron a territorio nacional cargadas con drogas.

El pasado 3 de septiembre, en la aldea Semuy 2, de El Estor, un grupo de personas ligadas al narcotráfico asesinó a 3 miembros de la marina del Ejército de Guatemala. De acuerdo con InSight Crime, las versiones oficiales dan cuenta que el crimen estuvo ligado al narcotráfico. Como resultado, el entonces presidente Jimmy Morales decretó estado de sitio en 22 municipios de todo el país. Las investigaciones revelaron que Izabal se habría convertido en productor de cocaína y que los comunitarios protegían las siembras ilegales, de las autoridades.

Hoy, las acciones de Ichich y su grupo de invasores pareciera que sigue la misma estrategia de cooperación con grupos del crimen organizado, sostiene el colaborador de NaturAceites. “Trastocar la gobernabilidad en los departamentos, donde el narcotráfico busca operar con total impunidad”.

Ichich niega su participación y está fuera de CREO

Relato una vez más se comunicó con Antonio Ichich, el excandidato de CREO, pues en 2019 un video de campaña reveló cómo el político buscaba ganar adeptos. En el video se ve un mitín donde en idioma q’eqchí, el entonces candidato dice textualmente:

“Si quieren el desarrollo y ayuda en su comunidad, voten por mí. Marquen el partido CREO. Si ustedes votan por mí, no voy a permitir que los desalojen. Es más, hasta estoy de acuerdo en invadir fincas porque los adinerados (finqueros) no tienen uno ni dos terrenos, sino hasta 20; tienen aquí, tienen allá, y así. Yo estoy de acuerdo en ayudar a las personas indígenas y pobres para que nos levantemos, pero trabajemos en equipo votando por el partido CREO”, expone en uno de sus discursos.

Hoy, y con relación a los hechos sucedidos el 14 de mayo, Ichich asegura no tener nada que ver con la invasión. “Yo estoy aquí en mi casa, se acabó la política y no estoy metido allí”. De acuerdo con Adela Torrebiarte, Ichich no es miembro de la organización de CREO. “Él solo fue candidato en las pasadas elecciones, y cuando se hizo público el video, en el que apoyaba la invasión de fincas, se le pidió que desistiera de esa actitud”, indica la diputada.

Sobre la coincidencia del mensaje de WhatsApp y la forma en que se dio la invasión del pasado jueves, sostiene que es falso, “no, no, no he mandado ese mensaje”, afirma Ichich. Lo cierto es que la predicción de Ichich, sobre el ingreso violento y la tala de palmas pasó de ser un mensaje, a convertirse en una realidad que hoy amenaza a 2 mil familias con perder su sustento diario.

La invasión de tierras cobra fuerza durante la crisis sanitaria del COVID-19. Primero fue una finca al norte de Cobán, Alta Verapaz, que luego de la Semana Santa fue invadida y quemada por grupos radicales y ahora otra en Izabal. De a poco, la ingobernabilidad gana terreno en Guatemala, y los únicos beneficiados parecieran ser los grupos criminales dedicados al trasiego de droga.

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