En redes sociales cobra fuerza un movimiento que le exige a China asumir su responsabilidad y que pague por los daños que el COVID-19 ha causado en el planeta. Con el hashtag #MakeChinaPay, miles de usuarios, políticos y analistas piden que China haga reparaciones por su actitud deshonesta en cuanto al manejo y la información que le habría ocultado al mundo. El engaño, sostienen, formó parte de una estrategia para ocultar la magnitud de la crisis que vivió dicha nación antes de que el virus se propagara. Incluso, en muchos países como Estados Unidos, El Reino Unido y partes de Asia ha comenzado una campaña para boicotear los productos manufacturados en China.
Dentro de los costos que piden sean asumidos figuran los daños a la economía mundial y gastos en salud. Los Estados Unidos, por ejemplo, espera que al menos unos 200 mil ciudadanos mueran por la enfermedad y pérdidas económicas en cifras de trillones de dólares por gastos relacionados con la atención a la pandemia. “Si China fuese una persona, compañía o una nación que cumple con las leyes internacionales, se le pediría que pague compensación por el daño que le ha infringido al mundo”, aseguran John Yoo e Ivana Stradner en su columna “Cómo hacer que China pague”.
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, quien inicialmente aplaudió a China por la forma transparente en que manejó la crisis, ahora ha cambiado su discurso. El pasado sábado aseguró que el país asiático fue muy reservado sobre la situación que se vivía al interno, razón por la cual las cosas han llegado a los niveles de crisis que actualmente se viven en todo el planeta. “Hubiese querido que nos dijeran antes lo que estaba sucediendo adentro (en China)”.
En Italia hacen un llamado para que China pague.
A las solicitudes de resarcimiento se suma también una ola de personas que abogan por frenar el consumo de productos hechos en dicha nación. Una de esas voces es el senador republicano Rick Scott, quien aseguró que los estadounidenses que quieran dejar de consumir productos chinos deben ser apoyados por compañías como AMAZON, por medio de avisos que digan dónde están manufacturados los productos que compran en su plataforma.
“Ellos no se abren a nuestros mercados, roban nuestra tecnología y son completamente opacos en este proceso”. – Rick Scott.
Scott afirma que la forma en que China manejó la situación ha cambiado la forma en que los estadounidenses ven a dicha nación. “Ellos claramente asesinaron a ciudadanos americanos con sus acciones”, señala. Además, concluye diciendo que nadie debe comprar nada de la China comunista, nunca debemos olvidar que fue China y el secretario general del partido comunista XI, agrega.
#BoycottChineseProducts
Aunque el gobierno de China, por medio de su vocero de relaciones internacionales, Hua Chunying, ha dicho que los EE. UU. está tratando de evadir la responsabilidad, el efecto ha comenzado. Las redes sociales han visto un incremento en la proliferación de páginas que hacen un llamado a no consumir productos chinos. En Miami, Florida, Ana María Rendón, una ciudadana guatemalteca, asegura que cada día se escucha más el tema y que el sentimiento antichino (a consumir sus productos) cobra más fuerza. “Cuando se habla con otras personas, en videochat o redes, el llamado a no comprar cosas hechas en China es más fuerte”, resalta.
En Twitter, por ejemplo, miles de usuarios han hecho eco del llamado que hiciera Scott. Los hashtags #BoycottChineseProductos y #BoycottChina han generado gran cantidad de reacciones. La mayoría de ellas presentan un claro rechazo a China y los productos que se fabrican allí.
Y es precisamente en la India donde este llamado al boicot en contra de China ha cobrado más fuerza. En Twitter, el usuario Nighat Abbas hizo el pasado 3 de abril un llamado para evitar las cosas chinas. Hasta la plataforma social de TikTok está siendo víctima de los ataques que piden que se detenga el consumo de productos chinos. “Boicotea y desinstala TikTok”, pide Praneet Singh en su red social de Twitter.