Tenía alerta, 7 días después por una cadenita identificaron el cuerpo calcinado de Paolita
Ella era Chelsiry Paola, una niña, que apenas había cumplido 12 años.
La familia comenzó a repartir una foto con el rostro de la niña, el 4 de febrero, cuando ya no supieron más de ella.
Nadie sabía de la pequeña y los días pasaban.
Pidieron a familiares, amigos y conocidos que compartieran en redes sociales sus fotos. Oraban porque estuviera sana y salva, sin saber que el presunto asesino estaba entre ellos.
La noticia trágica llegó 7 días después. Paolita estaba muerta.
Su cuerpo fue quemado totalmente y tirado a la orilla de una carretera abandonada de una finca en Villa Canales, para evitar que fuera identificado fácilmente y que las lesiones, golpes o abusos hacia ella no se determinaran con facilidad.
La niña era querida por todos.
Su hermana posteó un mensaje en el que escribió: “Mi princesa fuiste, eres y siempre serás mi hermanita, no puedo creer que no estés con nosotros, siempre fuiste una niña muy feliz y pensar que te arrancaron horrorosamente tu bella sonrisa”.
Así fue, Paolita murió de forma brutal.
El tío político de la niña se responsabilizó de haberla quemado viva.
Supuestamente, llamó y dijo dónde estaba el cuerpo y qué había hecho con él, y que posteriormente se suicidaría.
Sin embargo, no fue así y ahora se dio a la fuga.
La niña al inicio fue identificada por una cadenita que portaba por haber sacado buenas notas el año escolar que finalizó.
Horas más tarde el INACIF confirmó su identidad por medio de la prueba de ADN.
Paolita era una niña cercana a la familia de su asesino, Edgar Leonel Marroquín, quien tiene un hijo de 3 años de edad.