¿Sabías que el proyecto de 4 Grados Norte empezó en 1999, cuando Emilio Méndez le comentó a Chesley Smith y a su hermano, sobre un proyecto de una calle peatonal con comerciales y ambiente cultural?
La idea se quedó rebotando en la cabeza de Chesley, quien se reunió con su amigo JP Rosales, un arquitecto que justo acababa de sacar su maestría en urbanismo, sobre el proyecto. La recomendación fue incorporar vivienda para que este tuviera éxito.
Así pues, en el 2002, se creó 4 Grados Norte, en el que se construyeron por primera vez lofts. No obstante, el área se volvió un punto de parranda para muchos jóvenes, y aunque la idea de crear un barrio, se transformó en un lugar de discotecas, fiestas y hasta drogas.
Chesley y todos aquellos que estuvieron involucrados en la inauguración de este proyecto, pronto descubrieron que era importante recuperar el ambiente agradable, familiar y cultural.
4 Grados Norte se fue perdiendo poco a poco, así que en el 2005, el hermano de Christian Smith (hermano de Chesley) decidió crear más proyectos de vivienda en el área. De esta manera, nació “414” y “436” dos planes que provocaron que el lugar empezará a despegar una vez más.
Este fue creciendo de forma orgánica, pues los proyectos de vivienda y oficinas motivaron que las personas no solo vivieran, sino además, trabajaran ahí. Uno de los factores clave para este desarrollo orgánico fue el TEC, ya que, más personas llegaron al área a laborar y con el propósito de evitar el tráfico empezaron a buscar vivienda cerca.
Fue de esta manera, que inició una comunidad de jóvenes y adultos que se mueven en bicicleta en la zona para ir a trabajar, ir al mercado y para regresar a sus hogares. Hoy, se considera un barrio en donde todos se conocen mutuamente, son amigos, y se esmeran para mantener un ambiente agradable tanto en lo cultural, laboral como en lo familiar.
PERO…
4 Grados Norte no solo es un área cultural, laboral y residencial, también se ha convertido en un referente de propuestas gastronómicas que buscan sorprender a los visitantes.
Uno de los casos más emblemáticos es el de Juan Luis Vásquez, un cocinero guatemalteco, dueño de GULA y que además estará montando MOLA en octubre de este año. El primero es un restaurante de hamburguesas, algunos cortes de carne, mariscos y platos de pastas y el segundo pretende ser un referente de pastas en Guatemala.
Juan Luis cuenta que decidió mantenerse en 4 Grados Norte, porque es un área emergente, especialmente en lo gastronómico, ya que cada vez las propuestas son más y mejores. Además, el tráfico de gente, por lo mismo que es un área residencial y laboral, de esta manera hace que los negocios sean rentables. Además, Juan Luis indica que ya no hay lugares para salir de fiesta, pues lo que los dueños de comercios ofrecen, son en general, propuestas gastronómicas.
ADEMÁS…
Tuvimos la oportunidad de hablar con los arquitectos, de la firma Solís Colomer, para entender un poco el concepto de 4 Grados Norte. El fundador, Mauricio Solís y dos de los arquitectos que trabajan junto a él, Juan Balsells y Javier González, explican que trabajar en un ambiente como ese propicia que se forje una comunidad.
Estos coinciden en que al ser un área residencial, laboral y comercial, es fácil que al salir a almorzar o por un café te encuentres en las calles de 4 Grados Norte, a personas conocidas. Así empiezas no solo a crear comunidad sino además a intercambiar ideas que motivan tu día y trabajo.
Estos arquitectos llegaron a 4 Grados Norte hace un poco más de 3 años y cuentan que ver la transformación del área ha sido maravilloso. Explican que el diseño los conecta con una vibra lenta, relajada y llena de armonía, lo que hace que trabajar en el sitio sea genial. Por último, estos jóvenes profesionales, explican que lo más importante es que ahí se incorpora en todos sus espacios artes gráficas y todo tipo de expresiones artísticas, lo que hace que la comunidad sea aún más empática.
Si aún sos de las personas que siente temor de ir a 4 Grados Norte, date la oportunidad de conocer y sobre todo de sorprenderte con todo lo maravilloso que tiene por ofrecer este lugar.
Fotografías por: Osman Velásquez