Mario Monterroso es un joven de 22 años y estudiante del tercer año de Ingeniería Civil de la Universidad de San Carlos. Es de tez morena y alto. Es atleta de Olimpiadas Especiales, aunque no tiene ninguna discapacidad. Tiene un siamés y su padre fue deportista.
Es atleta unificado desde el 2013, cuando aún estaba en el colegio. En la colonia donde vive, ubicada frente al estadio Cementos Progreso de la zona 6, tenía un amigo que entrenaba con Olimpiadas Especiales y lo invitó a unirse al equipo de fútbol. Siempre le apasionó el deporte y es de buena técnica.
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Llegó sin conocer sobre este programa, mucho menos que podría unirse. Su primera experiencia le gustó tanto, que convivió con sus nuevos compañeros y cuatro años después sigue cumpliendo un sueño.
La mayoría del tiempo ellos te dejan lecciones, nunca se rinden y siempre dan lo mejor de sí.
Algo que atrajo su atención es que el equipo de fútbol, los competidores de bochas, natación, bádminton y más deportes siempre están alegres. Se divierten haciendo lo que tanto les gusta.
El objetivo de unificar atletas con y sin discapacidad es romper barreras. Mostrar que son competidores de alto rendimiento y que no hay límites en sus carreras profesionales, eliminando cualquier estereotipo.
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Mario se ha encariñado mucho con sus compañeros, al grado de llamarles su segunda familia. Siempre invita a otros para convivir y tener una experiencia con personas que tienen alguna discapacidad. Lo hace porque no solamente es atleta, sino que también colabora como voluntario y vocero del programa.
Para las personas que no lo saben, un entreno de estos chicos es igual de exigente que con un grupo de personas sin discapacidad. Las instrucciones y reglas de competencia son las mismas. El aprendizaje requiere mayor paciencia, pero nunca es un impedimento para estos héroes y Mario lo vive todos los días.
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Su padre no vio con buenos ojos su incorporación al programa. Le dijo en reiteradas ocasiones que bajaría su nivel de juego, sin embargo no ha sido así. Tiempo después comprendió que con pasión y esfuerzo, su hijo llegaría a altas metas, ganaría medallas y haría crecer su corazón.
Mario recuerda con mucha claridad que, mientras aún estaba en el colegio, un profesor se acercó a él en una oportunidad para preguntarle por qué solicitaba permisos de ausencia. Él le comentó lo que hacía y su superior quedó impresionado. “Me dijo que no cualquiera ofrece su tiempo para entrenar con ellos por el miedo y desconocimiento que existe”. Una afirmación que repite una y otra vez.
Mario es una persona amorosa, expresiva, sonriente, comprometida y sin duda perseverante, aunque reconoce que debe mejorar en su puntualidad. ¿Muchos de nosotros también, o no?
En una ocasión viajó a Chiquimula para competir en un torneo de fútbol y a nivel internacional fue nada más y nada menos que a los III Juegos Latinoamericanos, Panamá 2017. Ha ganado diplomas y varias medallas de oro, plata y bronce. Incluso reconocimientos por ser el goleador de su equipo.
Cada momento con ellos ha sido especial, no lo cambiaría por nada del mundo.
Su madurez le han permitido ganarse la confianza de su entrenador y apoyarle como asistente técnico en varias disciplinas. Aunque el tiempo cada vez se le recorta más, espera seguir contribuyendo en Olimpiadas Especiales por mucho más, incluso con aportes económicos. En un futuro se ve como entrenador, aunque también con éxito en el campo como ingeniero.
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Uno de sus sueños es convertirse en el presidente de Olimpiadas Especiales a nivel latinoamericano, haciendo valer su experiencia y amor por sus amigos. ¡Vaya si no se traza metas altas!
De momento, Mario está enfocado en la Copa Oro de fútbol que organizará Guatemala en mayo del próximo año. Contará con equipos de Centroamérica y el Caribe. Aún están afinando algunos detalles pero sabe que será una linda vivencia. Aunque no está seguro si aún podrá competir (por su edad) espera involucrarse como entrenador.
Olimpiadas Especiales cambió por completo mi vida. Es grandioso y maravilloso…no tengo palabras para describirlo.
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OJO: No creas que cualquier persona puede ser un atleta unificado. Debe tener un alto nivel de competitividad y habilidades.