¿Has imaginado qué piensa un futbolista cuando queda eliminado de alguna competencia? El fin de semana se definió a los semifinalistas del Clausura 2017. Comunicaciones quedó fuera y así lo vivió Wilson Lalín, jugador con mayor cantidad de minutos en el certamen:
Creo que el primer paso es darse cuenta en dónde estamos parados. Estoy en un club acostumbrado a ganar cosas grandes, en donde el objetivo siempre será estar en las finales y ganar títulos. Lastimosamente venimos con un resultado negativo de Mazatenango, juego en el que no pudimos meter gol.
Esas ganas, fuerza, la mentalidad de ser guerreros dentro de la cancha y visualizarnos antes del partido son aspectos fundamentales para cualquier futbolista. Nos enfrentamos a un Suchitepéquez del que se debe destacar la actitud, dejaron todo en la cancha.
Al entrar al estadio sentimos una particular vibra, emoción, las ganas de demostrar dentro de la cancha que sí se podía, dependía de nosotros. Entramos al camerino, al ver nuestras camisolas se nos enchinó la piel porque no cualquiera tiene esa oportunidad. Platicamos con los compañeros sobre los rivales, empezamos a meternos en el juego.
Necesitábamos concentración total, nos alistamos, vimos el clima y decidimos qué zapatos colocarnos para no dar ventajas al adversario. Hicimos una oración para pedirle a Dios que nos cuidara de lesiones, salimos a calentar y estuvimos juntitos los once titulares.
Vimos a la afición que de verdad ama a Comunicaciones. Los que estuvieron con lluvia, alentando desde los graderíos, coreando en todo momento, inspirando a los que estábamos en el rectángulo de juego. Tocaba esperar los 90 minutos que todo futbolista anhela.
https://twitter.com/CremasOficial/status/863945131447250944
Sabíamos que podrían ser los últimos instantes del torneo. Llegamos con la mentalidad positiva. Estábamos a un solo gol para pasar a la semifinal, pero también nos iba a costar mucho. Nuestro ánimo nos hizo creer que podíamos pasar sobre Suchi, un equipo bien ordenado y que soportó nuestros ataques. No queda más que salir con la cara en alto, convenciendo a la gente de que el grupo quiso pasar a la siguiente ronda.
Al final estoy agradecido con Dios por darme la oportunidad de jugar todo el campeonato sin lesiones, a mi familia que siempre estuvo en las gradas alentándome y a la afición crema que siempre llegó. Les quedamos mal. Se les debe una disculpa porque algunos sienten los colores y lloran las derrotas.
Regresar a los entrenamientos será muy incómodo sabiendo que ya no pelearemos por nada. Será como un plato con comida sin sal. Pese a ello, siempre hay que trabajar. Miro a Comunicaciones, es un equipo grande que se acostumbró a las glorias. Yo gané cuatro títulos consecutivos y eso se impregna en una mentalidad exitosa. Siempre habrán jugadores mediocres y conformistas, pero también quienes siempre se exigen más. La personalidad de cada uno se demuestra dentro de la cancha.
Lo que haga Municipal en estas instancias es producto de su trabajo. Al aficionado no le va a gustar que el archirrival gane, porque se acerca a lo que uno tiene, pero para nosotros se acabó el campeonato y solo queda pedirle a Dios por nuestro futuro.
Necesitamos que nuestra afición crea en sus jugadores. El futbolista también siente dolor tras cada derrota. Que comprendan que se manejan muchas presiones, algunos piensan que pegarle al balón es fácil pero no imaginan lo difícil que puede ser cuando hay cansancio mental y físico.
¡Solo me queda decir que Comunicaciones es un club grande y seguirá siéndolo!
Puedes leer: http://www.relato.gt/agendas-al-gusto/el-aguacate-se-quedo-sin-pepita-y-el-mario-camposeco-estallo-con-goleada
Fotografía cortesía: Comunicaciones FC