El relato que escribí hace unas semanas contando la experiencia de Javier Urías y su aventura por “elchat” con la supuesta bruja llamada “Ana”, me motivó a seguir investigando sobre estas supuestas “curaciones cibernéticas” y demás servicios que proporcionan aquellos que se hacen llamar “hechiceros, curanderos o brujos” y ofrecen sus servicios por internet. El tema, que al principio me daba risa y me parecía fuera de este mundo, me ha llevado por una aventura cibernética interesante. He encontrado, además, otras personas que como yo han dedicado tiempo a desenmascarar esta red de ¿engaños? ¿abusos? ¿juegos? … ¿hechizos?
Una denuncia cibernética
Entre artículos y viajes vagos por la web, me topé con uno de los más entretenidos. Había sido escrito en marzo del 2015. Comencé a leer la experiencia del autor de ese artículo**, un tal Juan José Morales.
“Nunca me había llegado una oferta como la que hace unos días me envió un tal Juanca López: curarme de cualquier enfermedad habida y por haber, sin tener que hacer absolutamente nada, sin tomar una sola píldora o recibir una sola inyección, mientras permanezco cómodamente apoltronado en la tranquilidad de mi hogar, con una cerveza en la mano y viendo un programa de televisión”.
Así comienza el artículo y lo sorprendente de este es que no cuenta nada más una historia de “estafa” cibernético de las manos de un curandero, sino que lo denuncia y advierte a sus lectores de esta práctica.
“¿Cómo obra tales prodigios Juanca López? Sencillísimo: mediante la curación a distancia. Afirma en su mensaje el individuo de marras poder curar enfermedades crónicas, ansiedad, depresión, obesidad, cáncer, enfermedades imposibles de curar… en fin, cualquier mal pasado, presente o futuro, del cuerpo, el alma o el espíritu, incluso aquellas que ni el mejor de los médicos haya podido siquiera lograr aliviar. No necesita conocer la historia clínica del paciente ni hacerle exploración alguna. Vaya, ni siquiera verlo aunque sea en fotografía. Todo lo que necesita para curarlo, es un escueto mensaje por correo electrónico indicando nombre, apellidos, edad, y ciudad y país de residencia”.
Muchos hechiceros, un mismo método
Seguí leyendo y caí en cuenta que el hechicero que denunciaba el autor coincidía con todas las características de los otros curanderos que se habían comunicado conmigo en un principio. ¿Recuerdan al Profeta Odiba que, mágicamente curó a Elizabeth James del Virus Herpes Simplex y le devolvió a su esposo en 12 horas? ¿O al Dr. Oba y su hechizo de amor que ayudó a Ryan Caroll? ¿Y qué hay del caso de Oriel y el Profeta Akpada, que cura vía WhatsApp? Pues en este artículo, Morales saca a la luz las mismas características, como por ejemplo: mala ortografía y mayúsculas innecesarias, supuestos casos de éxito y solicitud de aportación económica garantizando “resultados y curación completa”. Así que la red de curanderos cibernéticos está muy bien constituida… y al parecer el método funciona.
El autor del artículo continúa con su denuncia: “Pero es el viejo truco al cual recurren todos los charlatanes que dicen lograr curas milagrosas: si el enfermo se siente mejor, cree haberse curado, aunque se trate sólo de un alivio temporal. Sobra decir que el tal Juanca López no dice una sola palabra respecto a su preparación profesional. Oculta incluso su nombre, dirección, teléfono y cualquier dato que permita identificarlo“.
Sin embargo, lo más interesante no se queda aquí. Seguí leyendo un poco más y descubrí algo mucho más interesante: el hechicero, Juanca López, le respondió al autor y la pelea se volvió evidente.
El hechicero se defiende
Casi cinco meses después, en julio de 2015, quien fuera el “curandero” que había contactado al autor, respondió…
“a la atencion de esta web, por posible delito contra mi persona, difamacion infundada, y quiten este articulo o me vere obligado a denunciarles legalmente” -Juanca López (el hechicero)
Así comienza la respuesta del molesto curandero, quien pretende tomar acciones legales contra las denuncias de aquel cliente que, no solo nunca pudo captar, sino que lo denunció. ¡Jamás había visto la respuesta de un hechicero en toda mi investigación! Por eso, el comentario me emocionó mucho y seguí leyendo:
“…he visto esto por Internet que tu has publicado en esta web, y me juzgas y difamas sin conocimiento, y esto tiene sus consecuencias de todo tipo, sobre todo legales, es evidente que si existen los timos y los fraudes, pero se te ha olvidado indicar algo importante, no se si sabiendo o no, yo digo que si hay curación total, es cuando la persona puede voluntariamente aportarme dinero …si hay curación y si no…pues no…así de simple…”
El curandero se defiende, no era de extrañarse. Lo que me llamó la atención fue esta frase “esto (las denuncias del autor) tiene consecuencias de todo tipo”. ¿A qué se refiere López? ¿Le “lanzará” un hechizo castigador? ¿O habla de las consecuencias económicas negativas hacia una industria clandestina de abuso, fraude y presumiblemente delito de ejercicio ilegal de la medicina?
Y luego, como broche de oro, el “curandero” termina con esta célebre frase: “…además tu no sabes ni te imaginas quien me ha dado las directrices para realizar estas curaciones a distancia…espero que retires el articulo escrito por ti, o me veré obligado a tomar medidas judiciales, que ahora mas que nunca penalizan las difamaciones infundadas, como es en este caso…”
Entonces, ni lento ni aburrido, me quise poner en contacto con ambas partes (el autor y el curandero) y, en aras de hacer una mejor investigación, descubrí lo siguiente.
(Continuará…)
**Aquí el artículo original.
Si quieres contribuir con esta investigación, envíame un correo a jdgodoyes@gmail.com o un mensaje a mi fanpage de Facebook: @JDGodoy95