Bien dicen que las emociones mezcladas pueden sacar lo mejor y lo peor de la gente y que las redes sociales suelen ser los vehículos perfectos para dar a conocer esas facetas humanas. Los seres humanos, aparte de nuestro sinfín de cualidades, somos la raza más discriminatoria y cruel que existe. Y el guatemalteco, una buena parte de, es lo más hipócrita, explosivo y resentido que hay.
Look Magazine, una revista que ha capturado la moda de la mujer guatemalteca desde hace siete años, publicó su portada de Julio 2017 hace cuatro días en Facebook. El equipo de Look jamás imaginaría que una imagen les costaría tanto; en pocas horas recibieron un diluvio de comentarios negativos que les tildaban de “racistas” por la sincronía entre la modelo principal y las mujeres (indígenas) de atrás. Quienes hicieron la portada, lastimosamente, olvidaron un pequeño detalle: están en Guatemala, un país que lejos de todas sus cualidades, es una profunda y eterna olla de cangrejos, en dónde hay que encontrarle cinco patas al gato y un pelo en la sopa a todo lo que hacen los demás. Es un país de controversias e hipocresía, en dónde los críticos más duros tienen maestría en “sentarse en el sofá” y “navegar por Internet”. Pero sobre todo, es un país en donde poca gente lee y se informa, pero todos critican y deforman.
La portada no es el problema, la reacción sí
Luego de la publicación hubo una grotesca malinterpretación de la portada y un claro ejemplo del guatemalteco pasional que solo quiere ver el mundo arder y que, cuando le conviene, es de lo más consciente y respetuoso en las redes sociales. La revista intentó plasmar una idea en una fotografía y falló. Como me dijo un fotógrafo, las imágenes se deben defender por sí solas y cuando se requiere explicación es porque la imagen falló en su cometido. Sin embargo, el error no está allí. La portada no es el problema, la reacción sí.
Para quienes ni se molestaron en leerla (y se quedaron solo con la fotografía y la hipócrita indignación de sus “corazones blandos”) permítanme explicarla: la modelo, Francesca Kennedy, es una diseñadora estadounidense/guatemalteca que por medio de su marca IX Style vende zapatos con diseños típicos de Guatemala y que ha hecho una gran labor por llevar agua potable a las niñas de las aldeas que rodean el lago de Atitlán, financiada por el éxito de sus diseños en otras partes del mundo. La revista, como en otras ediciones, quiso reconocer su trabajo y documentarlo dentro de sus muy cotizadas páginas. Si esos eufóricos críticos hubiesen invertido un poco más de su valioso tiempo viendo y leyendo la portada, no estarían publicando tantos insultos online con etiquetas como “racistas”, “estúpidos”, “arrogantes” o “aprovechados”.
La canchita y la morenita, la ladina y la indígena
Ilustres críticos: la portada de Look Magazine no es racista. Los racistas son ustedes, que piensan que solo porque las indígenas no están en primer plano valen menos. Ustedes, que al ver a una modelo rubia y de piel blanca permiten sentirse “de menos” por su raza y que piensan que un guatemalteco con esas características es “menos chapín” o que “vale menos”. Ustedes que con tal de criticar escupen palabras con el hígado y olvidan utilizar la cabeza. Ustedes que en el fondo guardan tanto resentimiento hacia aquellas personas que están haciendo algo por su país y que tienen éxito. Ustedes, esa partida de cangrejos pasionales que solo para criticar abre la boca. Ustedes, lectores y escritores sensacionalistas que solo viven del chisme y del escándalo pero que ni siquiera están enterados de la realidad nacional en cuánto a política, economía, infraestructura o salud. Ustedes, esos que hacen de Guatemala otro país tercermundista sumido en la miseria, incapaz de levantarse. Disculpen, pero los racistas son ustedes.
Donde todos esos “grandes críticos” (cangrejos) ven discriminación y violencia, racismo e intolerancia, yo veo a muchas mujeres valiosas, hermosas y distintas representando a una sola Guatemala, porque así es. La canchita y la morenita, la ladina y la indígena. Todas, absolutamente todas, son guatemaltecas y merecen respeto, salgan atrás o adelante del logo. ¡Da igual! ¿Qué no ven a la ridiculez que se reducen nuestras conversaciones? ¿Se dan cuenta de lo que discutimos y por lo que peleamos? ¡Es increíble y nos aleja de lo importante!
Quiero pensar que de estos escándalos aprendemos. La lección, para todos, es pensar antes de hablar y dejarse de tomar las cosas tan personales. ¡Dejemos de ser tan resentidos y ofendidos! Es una lástima que la famosa comparación con la olla de cangrejos sea cada vez más certera. Sepamos aplaudir el trabajo ajeno y salir adelante sin destrozar a los demás. La portada de Look no es racista, ¿y los guatemaltecos?