Llegó a Semilla con ideales de cambio. De reformar instituciones y cambiar el país, pero se topó con la vieja historia de la política guatemalteca, en donde las estructuras rígidas de una agrupación, priman sobre los ideales democráticos. Esta es Suzanne Brichaux y su expulsión de Movimiento Semilla.
Suzanne Brichaux, en 2017 se sumó al espacio de reflexión para pasar de este a uno político partidario, donde académicos, artistas y políticos se unieron, para luego convertirse en Movimiento Semilla. En ese momento algunos se salieron pues no querían ser parte de un movimiento político, recuerda la activista. Cuatro años después serían esos mismos ideales de cambio los que la sacarían del movimiento en el que tanto creyó.
Se considera parte de los fundadores de Movimiento Semilla, pues fue la encargada de coordinación del departamento de Sacatepéquez. “Fuimos el tercer departamento en generar incidencia del partido durante el anterior proceso electoral”, asegura Brichaux.
Pero acogerse a uno de los principios de la organización, hoy le ha dejado fuera y con más preguntas que respuestas. A decir de Brichaux, su delito fue cuestionar a la dirigencia y hacer publica su opinión en temas de: falta de Apoyo, pocos espacios de participación y poca transparencia en rendición de cuentas (sobre las decisiones internas).
Brichaux y otros miembros de la organización comenzaron a denunciar en redes sociales el actuar de algunos dirigentes. Pero esto no sentó bien. “Nos dijeron que bajáramos las publicaciones donde exponíamos nuestro desacuerdo”, asegura y esto para ella es claramente una censura.
“Nos volvimos el partido de Thelma, pero desde que se creó el partido estábamos claros que no íbamos a tener un caudillo”, Suzanne Brichaux.
Según Brichaux los propios lineamientos del partido les dan el derecho a disentir de ciertas acciones y lejos de eso, se nos estaba callando, recuerda. A decir de Brichaux, la dirigencia del partido comenzó a tomar decisiones centralizadas, dejando fuera a los demás miembros de la organización. “Las decisiones políticas no fueron retroalimentadas por todos los miembros del partido”, afirma.
Fue así como comenzó la exclusión de algunos miembros y regiones del país. A decir de Brichaux no hubo transparencia en la elección de candidatos, pues no se respetaron los acuerdos y fue por otros mecanismos que se dieron las nominaciones.
Al principio creí que eran errores, pero luego me di cuenta que no. Fue entonces que comenzó a señalar cosas que se alejaban de los principios y esto resultó incomodo para la dirigencia. Luego de años de tratar de comunicarse con los líderes, y de ser ignorada, Brichaux recibió un proceso disciplinario el 20 de enero de este año. “Me lo abrieron por haberme pronunciado públicamente sobre mis inquietudes y eso que éramos 11 los que no estábamos de acuerdo en la forma en que se manejaban las cosas”, recuerda.
“Queríamos provocar un espacio de dialogo, en el partido, creíamos que por ser un partido que debía hacer las cosas distintas se tomarían las decisiones de forma conjunta”, Suzanne Brichaux.
Para Samuel Pérez, diputado por el partido Movimiento Semilla, quien denuncio a Brichaux fue Ligia Hernández, y ellos apoyaron la denuncia. Según Pérez, Brichaux habría incurrido en usurpación de funciones y violaciones al reglamento interno del partido. El proceso llevó mas de un año y de los 10 hechos que se le acusan y ella presento explicación de solo 4, en todo caso vamos a ver que dice la corte, pues ella ha presentado un amparo.
“Fue muy molesto ver que ella dijera que era antidemocrático, ya que no fue una decisión política, se tuvo un proceso largo y se evaluaron los hechos, no fue injusto”, Samuel Pérez.
Y aunque Brichaux aún lucha por no ser expulsada del partido, tiene algo claro. “A mi me expulsaron por poner en practica uno de los principios de Semilla, poder hablar sin miedo”, asegura. Brichaux espera poder defenderse y para tales efectos ha presentado un amparo. “Lo presenté el viernes pasado, para que el tribunal de honor revoque mi expulsión, pues violentaron mi derecho a la libre expresión”, asegura.
Brichaux, quien aun cree en el movimiento que la expulsó, asegura que nunca le dieron una audiencia para defenderse de los señalamientos en su contra. Peor aún, “el partido nunca me notificó nada, nunca recibí una llamada de atención y me llevaron directo a un proceso disciplinario”, el cual concluyo con su expulsión.
No es el único caso
En una carta abierta, publicada el 1 de marzo de 2020, Ana Cristina Castañeda, esposa de Juan Alberto Fuentes Knight anunció su retiro de Semilla. En ella Castañeda relata como la dirigencia del partido le dio la espalda a su esposo que fuera fundador del partido, luego de que fuera detenido por el caso TRANSURBANO y llevado a prisión. “Lo que nunca vi venir fue como al final, varias de esas personas que integraron lo que se dio en llamar “grupo fundador” terminaron por darle la espalda a Juan Alberto y a mí también”, escribió.
A decir de Castañeda, la traición se dio cuando al interno de Semilla se proclamó como candidata presidencial a quien había señalado públicamente a su esposo de corrupto. “Había un conflicto de intereses enorme, no mío ni de Juan Alberto, sino de Semilla”, redactó. Además, dijo que se olvidaron que una persona es inocente hasta que se demuestre su culpabilidad en un juicio. “Semilla no tuvo el valor de defender su inocencia. Resulto más fácil deshacerse del problema” fue la más alta traición.
“Alguien de esa dirigencia (según nos dijeron fue él mismo Samuel) dijo alguna vez: Juan Alberto es un cadáver político”, Ana Cristina Castañeda.
“La dirigencia de Semilla está mal representando al partido, y aún es tiempo para que se corrija el rumbo pues lo que hay ahora es o te callas o te vas”. Suzanne Brichaux.