El 29 de mayo del 2016, Mazatenango vivió una auténtica fiesta deportiva en la final del Torneo Clausura. El equipo venado alzó su segundo título como campeón en la historia y primero en tres décadas. Pero, este triunfo no cubrió los baches que hoy tienen al club en la cuerda floja.
Suchi está en una de las últimas posiciones de la tabla acumulada, su afición asiste cada vez menos al estadio y parece que la directiva no encuentra la luz en el camino. La combinación de todos estos factores han hecho que la institución pierda credibilidad y se cuenten las horas para su llegada a la Primera División.
Esta situación hace que la afición se plantee una pregunta clave ¿de quién es la culpa? ¿Directiva, jugadores, patrocinadores, afición? ¿De todos o de ninguno? Más que eso, parece un círculo vicioso.
Las deudas
Por años, Suchi ha tenido problemas económicos. Deudas con jugadores y exjugadores de la plantilla e incluso ha estado en riesgo de perder puntos que pongan en jaque su permanencia en la máxima categoría del fútbol nacional.
De ayudante de albañil a atleta olímpico
Amílcar Alvarado fue quien recibió las más fuertes críticas. Fue directivo del club por casi una década y aunque según él y otros mandamases, intentó dar lo mejor para el equipo solo logró desacreditar lo que el tiempo había dejado escrito en papel de oro.
Durante su gestión hubo varios cambios de técnico, de jugadores y la mayoría no estaban de acuerdo con sus decisiones. Incluso, tras la salida del equipo, algunos futbolistas denunciaron no solo falta de pagos sino que tratos indebidos.
Otro de los problemas que señalan los seguidores venados es que los salarios de la plantilla superan los ingresos reales del equipo, poniendo en riesgo inclusive a las familias.
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Falta de convocatoria
Según la afición mazateca, este grupo de dirigentes tampoco tuvo la capacidad de convocar a empresas locales que creyeran en un proyecto visionario. “No hay un departamento de mercadeo efectivo”, aseguran en conjunto muchos de los que hoy sueñan con volver a celebrar. “No hay trabajo para crear identidad con el equipo”, “los horarios son poco favorecedores para los aficionados”, “no hay esfuerzos” son algunas de las quejas más comunes.
Todas atribuidas a una pasiva directiva.
Sin semillero
Pese a que durante la gestión de Alvarado y su grupo de trabajo las categorías inferiores de la institución alzaron títulos, los aficionados no perdonan que sea un equipo departamental sin oportunidades para personas locales.
“Hay 21 municipios de donde sacar jugadores”, asegura Héctor Posadas, un fiel admirador del club que considera, al igual que muchos otros, que sin crear espacios a la juventud, poco se podrá avanzar. “Además, algunos adolescentes que llegan a las visorias se quejan de que no se les toma en cuenta”, sentencia.
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Sin tregua
Después de tantas críticas y muestras de inconformidades por parte de la afición, la Junta Directiva hoy comandada por Willy Castillo debe comenzar a evaluar el panorama y establecer posibles medidas que deben tomar si el plantel logra su permanencia.
Los seguidores tendrán que comprometerse a acuerpar y acompañar al equipo sin importar los resultados, mantenerse como una de las más fieles hinchadas y alcanzar con un esfuerzo en conjunto los objetivos que como en cada inicio de torneo, se plantean sobre la mesa.
Fotografía de portada tomada de Concacaf.